viernes, 12 de febrero de 2016

Rojo



*suspira con calma*


Esta semana ha sido infernal :'3 El ambiente en mi salón está más denso que el silicón en la familia Kardashian. Mis relaciones personales se ven entorpecidas gracias a mi despilfarro monetario imprudente que hago -o sea, he estado pagando muchas cosas que a lo mejor no ocupo- y bueno, he traído la moral, la vanidad y el autoestima por el suelo. Intento levantarlas, pero a veces alguien llega a pisotearme. Es difícil sobreponerse cuando estas personas determinan parte importante de tu futuro. Ugh.

Son cosas de las que hablaré en un futuro, pero por ahora me gustaría concentrarme en el tema más obvio y quizás pretencioso de todos:

San Valentín está exactamente a dos días de aquí. ¿No están emocionados? Recuerdo cuando estaba en la primaria -o incluso secundaria- que me mega emocionaba ese día. San Valentín era una fecha específica para celebrar el amor que podrías profesar hacia una persona -y hago hincapié en el hecho de que el amor toma muchas formas, no sólo amor romántico-

Ciertamente, yo nunca he sido muy romántica. O más bien, no me considero que lo soy. Tal vez difiero poquito en las costumbres, creencias, y hábitos generalizados de una cultura tan globalizada y doblemoralista, y tal vez me cueste más trabajo de lo normal escribir historias de amor, o concentrarme en leer historias de amor, o escuchar canciones de amor o tener algo que ver con eso del amor.

Y es que, antes de la revolución hormonal, amor era cualquier tipo de sentimiento afectuoso que podías sentir por equis o ye persona, objeto u animal.  Cuando era niña, no había tanto tabú, o tanto prejuicio. Podía sentir amor por mis padres, por mi hermana, por mis amigos, por mis maestros, por mis mascotas... y estaba bien.


Ahorita no digo que no esté bien, más bien es el irracional miedo a enfrentarme al qué dirán. Como si el amor fuese algo que se puede juzgar, como si amar a equis persona te pudiera restar valor humano.


Cuando una es niña, el amor viene por sí solo, lo encuentras en cualquier lado, y es fácil darte cuenta de cuando alguien te ama, porque tú amas más desinteresadamente y amas de manera más honesta. De una manera más real.

Pero cuando creces, el amor se convierte en una vil cicatriz sobre tu piel, que te recuerda constantemente el dolor de ser imbécil e ingenua, de tener el sentimiento de desconfianza de cuantos aquellos se te acercan. Porque creces y comienzas a ser dominado por el miedo, por el prejuicio y los juicios morales que nos son inculcados desde el nacimiento.

El amor se torna gris, se torna frío, se torna pretencioso.




Y, vaya, entiendo que no vayan a comprender mucho mi punto de vista sobre este tema. Estoy llena de contradicciones, como se habrán dado cuenta, y mis reflexiones acerca del amor están inundadas en ellas.

Pienso que no soy romántica, pero voy por la vida dedicando a diestra y ziniestra canciones, voy por la vida escribiendo cartas llenas de sentimientos del tipo afectuoso. Pienso que me han hecho mucho daño y que quizás por eso no quiero casarme, pero me enamoro con relativa facilidad. Digo que no sé mucho porque tengo veinte años, pero durante esos veinte años he pasado noches enteras platicando con mis seres queridos, he prestado mi hombro a amigos víctimas de amores perdidos, he buscado una aguja e hilo de colores con los cuales reparar a mi corazón cada vez que alguien lo rompe.


Así que, bajo esta advertencia, proseguiré:



El amor es muchas cosas y a la vez nada. Te puede sumir en la más profunda y fría depresión o te puede llevar hasta lo más alto conocido por el hombre, a un nivel espiritual. Te puede enfermar de muerte o te puede regresar a la vida. Te puede dar a manos llenas y te puede dejar sin nada. Es una ambivalencia, eso lo tenemos que tener en mente.

El amor no sólo es representado por parejas heterosexuales felices besándose bajo la lluvia.

El amor es eso que sientes cuando tu mejor amigo dice que pasó su extraordinario. El amor es eso que sientes cuando tu novio está platicando con una chica. El amor es eso que sientes cuando tu mascota te besa en la mejilla. El amor es eso que sientes cuando le llevas papel a tu papá cuando está en el baño.

El amor es eso que te hace sonreír por las noches y llorar por las tardes.

Y, por consiguiente, el amor es también dolor. El amor es también rabia. El amor es también desesperación. El amor es también imprudencia. El amor es incluso miedo.



A veces tenemos la creencia de que, quien te quiere bien, jamás te hará sufrir. Yo pensaba eso. Yo pensé eso durante algunos años, la verdad.

Me decía a mí misma; "Fulanito/a no puede quererme de verdad, puesto que me ha hecho daño" y era muy fácil para mí dejarlos. Lo hacía. Me da un poco de pena admitir que lo sigo haciendo. Al primer problema, a la primer lágrima, al primer descontento, huía.
Me lavaba las manos, dejaba mis sentimientos en una bolsa negra de basura y corría lejos de la persona, porque yo creía que quien me amara de verdad, jamás me iba a hacer llorar.


Y resulta que no.

Recientemente aprendí que no. El amor no sólo es una parte, llena de unicornios, nubes rosas y sonrisas de ensueño. El amor también tiene su parte oscura, su parte dramática y su parte destructiva.

¿Saben por qué se piensa eso? Porque idealizamos.

Se ha idealizado tanto al amor, que hemos perdido la esencia del mismo.


Creemos -en nuestras estúpidas idealizaciones-, que cuando amamos a alguien, esa persona será perfecta. Es perfecta. No puede cometer ningún mal. Y siempre me hará feliz, jamás me nublará mis días ni envenenará mis emociones.




Las personas no somos perfectas, amigos. Tardamos años en darnos cuenta de eso. Nadie es perfecto, por muy guapo, inteligente, buena onda, elegante, o compasivo que sea, nadie lo es. Todos cometemos errores, y todos pensamos y sentimos diferente.

El amor no se trata de encontrar a alguien que sea lo que tú quieres que sea. El amor es encontrar ese "algo" en una persona, incluso por sobre todos los peros que podrías ponerle.

Y otra vez, el amor del que hablo no es amor puramente romántico pansexual.

Existe amor de diversos tipos, por diversas especies, en diferentes cantidades y con historias totalmente originales.

El amor en las familias es vital para el desarrollo sano de cualquier ser vivo. Se necesita. Ocupamos que nuestros padres nos amen, que nuestros hermanos nos amen, que nuestra familia esté ahí. Ya sea de una u otra forma, el amor que se forma en familia es el primer paso que damos al mundo real. Es el primer contacto con otro ser humano que tenemos. Es como nos enseñamos a querer, nos enseñamos a amar.


Podemos decir que no nos importa la opinión de nuestros padres, de nuestros hermanos, de nuestra familia en general. Pero, quiéranlo o no, son nuestro primer escalón en una subida a cuestas humana. Si nos maltrataron desde niños, si no nos supieron querer, si no nos enseñaron a amar, difícilmente podemos desenvolvermos en contextos secuenciales.

No es sorpresa que el chico que abusa de todos en la secundaria sea así considerando el par de mierdas andantes que tiene por padres. No es sorpresa que la chica que juega con los sentimientos de los demás sea así, considerando el abandono emocional/físico/espiritual que recibió en casa durante su primera infancia.

Las cosas no siempre son random, eso es seguro. Para la mayoría de las circunstancias hay un por qué.

Y cuando no lo hay, reafirma mi teoría de que hay gente que simplemente nace siendo porquería y pues ni modo. K trizte

Por otro lado, cuando llegamos a las etapas de socialización, el amor entre amigos es esencial para sobrevivir. Siento que yo soy un poco más huraña de lo normal, no me gusta estar entre mucha gente y ciertamente mi círculo de amistades es pequeño, es privado, es vip. Pero cuando veo, pienso, atestiguo gente que dice no tener amistad alguna sobre la faz de la tierra, me resulta increíble.

Es como...

¿De veras sin amigos se puede vivir?


Digo, porque hasta tu perro puede ser tu amigo. Tu madre puede ser tu amiga. El señor del camión que pasa todos los días a las 2:40 pm puede ser tu amigo.

Pero, en estos tiempos de traición y desconfianza, no es tan sorprendente que la gente prefiera estar sola.

Me corrijo.

A la gente no le gusta estar sola, pero le encanta, le MAMA ser individualista.


Y aquí vemos cuán faltos de amor están algunas personas.

En realidad, su incapacidad de sentir empatía, de tener solidaridad para con su par, de ser compasivo, sincero y recto es efecto de su falta de amor.

Gente que no experimentó el amor desde temprana edad se ve conflictuada cuando entra en las interacciones horizontales. Gente que, como no sabe o nunca aprendió a amar, piensa que el mundo debe girar a su alrededor, y que todos los demás están a su complacencia, para disponer de todo cuanto puede: Lealtades, ganas, actitudes, talentos, sentimientos, e incluso voluntades humanas.

Gente que hace y deshace sin tener la más mínima consideración.

Gente que, a pesar de que sabe exactamente lo que hace, sigue haciéndolo y se ofende cuando es rechazada.

Amigos, el amor entre amigos, la "amistad" es una variación, pero es de ley: Este tipo de amor, casi por encima de los otros, es sagrado.

Porque, sí, sé que la familia es importantísima, pero es algo como inevitable. Estás ahí para ellos, porque los amas y porque te une algo más que un amor. Te une la sangre, te une un título legal. Te une algo.

Pero cuando en cuanto a amigos se refiere, es sagrado que sientas eso por ellos, porque es TU elección. Nadie te obliga a querer a nadie.

A mí nadie me obligó a tener a Yazmín como mejor amiga desde hace casi ocho años.

A mí nadie me obligó a mantener una relación saludable por encima de la porquería del mundo con Ángel, desde hace casi una década.

A mí nadie me obligó a amar a Ale con tal locura y devoción que se puede llegar al punto de desborrar las líneas entre nosotras, desde hace varios años.

A mí nadie me obligó a confiarle mi vida a Diego.

A mí nadie me obligó a guardar algunos de mis secretos más sucios en Karli.

A mí nadie me obligó a dedicar una parte de mi vida espiritual y creativa a Estefanía, incluso a tan poco tiempo de conocerla y amarla.

A mí nadie me obligó a nada con ellos. Yo solita decidí cerrar los ojos, atarme a un sentimiento que creo prudente y saltar al vacío, esperando que nuestra relación, la relación que pueda yo llevar con ellos, sea lo que al final evite que caiga en una espiral de dolor y desesperanza.




Hay gente que piensa que el amor romántico está sobre el amor familiar o el amor amistoso, pero yo no lo creo. De veras pienso que el amor amistoso es lo más sagrado, lo más puro y lo más duradero que puede existir.


Pasamos también por el amor espiritual que es el amor que puedes sentir al encontrarte con una profesión, un hobbie, un ser no vivo o incluso un objeto. Es un amor que va más allá de lo material, y que te persigue muchas a veces a donde vas, incluso cuando se va.



Y por último y no menos importante, el amor romántico es toda una oda.


Voy a hablar desde una perspectiva pansexual, puesto que así es como veo las cosas:


El amor romántico surge de la nada. En un segundo de descuido, en un click casual, en un momento al azar, en una situación programada. Se da, como una erupción de un volcán, como el preámbulo de un sismo, como la génesis de un tornado. Como cualquier evento catastrófico de la naturaleza, el amor romántico se da en una chispa de espontaneidad.

Y todo es muy confuso, amigos. Tal vez es lo más atractivo y peligroso de todo el asunto: El amor romántico es una montaña rusa.

Es gris, es amarillo, es anaranjado, es verde, es violeta, es negro, es rosa, es azul, es blanco, es rojo...

Tan lleno de pretenciones baratas como clichés absurdos. Estamos tan acostumbrados al mismo tipo de amor heterosexual blanco de clase media alta, que al momento de encontrarnos a nosotros mismos en situaciones de amor romántico, rechazamos lo que se viene, porque no es lo que planeamos. No es amor como lo visualizamos.

Recuerdo haber escuchado a unas compañeras, alguna vez en mi vida escolar, quejándose de que sus novios eran cero celosos.

-"Es que, si no siente celos, es porque no le importo"-
-"Los celos son el miedo a perderte, significa que te ama mucho"-
-"Hay celos bonitos"-

like, fucking nope ???



Estamos tan acostumbrados a ese amor de plástico y psicópata que vemos en la televisión, que escuchamos en la radio y que leemos en nuestras novelas, que cuando alguien no encaja en lo descrito, automáticamente es desechado.

Porque aquél tipo no me persigue por toda la ciudad.
Porque aquella chica no tiene construido un altar para mí en su casa.
Porque aquél tipo no me intenta comprar a base de intimidación, miedo y hasta cierto punto acoso sexual.
Porque aquella chica no tiene memorizado toda mi historia de vida.

Ammm, la vida no es un músical??, o sea, Heath Ledger no te cantará I Can't Take My Eyes Off Of You para intentar reconquistarte ???

Y es culpa de este amor que nos vuelve locos a la mayoría de la población. Porque perdemos control de nosotros mismos, nos encontramos en analógicos laberintos. Y caemos, y nos enamoramos y ahí vamos a dar todo lo que tenemos, a ofrecer hasta los calzones por un poco de atención.

Viéndolo desde afuera, hasta resulta un poco patético y lastimero.

Pero cuando estás dentro, no hay nada de razón ni lógica en nada de lo que sucede. Bien decía Platón que el amor era una enfermedad mental.

Pos sí, porque todos actuamos como pinches zombis alv, k miedo


Es un caos total, amigos.

Porque tenemos que darnos de topes antes de aprender la lección.

Yo, desde el fondo de mi corazón, no creo en el "amor de la vida", pero sí creo en el amor. Sé que existe el amor. He experimentado el amor, lo he visto curarme y destruirme. He sentido su magia. Me consta que existe.

A veces se gana, a veces se pierde. Es parte de la vida. Aprender a amar y a dejar ir a las personas está en nuestras venas, corriendo, latente.

Amigos, no hay que traumarnos tanto con esto, en serio lo digo.

Soy la prueba viviente: Hay vida después de un corazón roto.

Así como el amor destruye, el amor construye, pero oigan, tampoco vayan por la vida creyendo que quien te jodió a propósito te va a curar a propósito.

Estas historias, estos vínculos tienen su fecha de caducidad. Pero el amor nunca se extingue. De eso estoy segura.

Se puede haber terminado una historia, pero ese amor vivirá, si es que alguna vez existió. Nunca dejamos de amar... aprendemos, más bien, a amar a pesar de.

Si se fue el amor, si se desvaneció, entonces realmente no era amor... simplemente era un sentimiento fantasma.



La controversia de San Valentín se divide en dos grandes bandos: Los pinches amargados que piensan que San Valentín es una excusa de las grandes corporaciones para venderte sus chucherías. Y los pinches cursis que piensan que San Valentín es el único día que existe en el año para demostrar tu afecto a partir de cosas materiales o grandes gestos afectuosos en público.

Mi opinión es que ni es lo uno ni lo otro: Si bien, todo está comercializado alv, lo cierto es que San Valentín es sólo una invitación para mandar un whats a aquél amigo que tienes olvidado para recordarle lo mucho que le extrañas y deseas su compañía. Es una invitación para comprar un boleto de cine para llevar a tus padres, un poco en agradecimiento de lo que han hecho por ti. Es una invitación para sorprender a tu novio con unos tacos al pastor para poner un poco de tu amor en forma de comida.

Es una invitación a recordar ese amor que sientes por los demás.

Y no sólo es eso.

Es una invitación para cederle el asiento al anciano cansado que viene en el bus. Es una invitación para comprarle una pulsera a esa señora de origen indígena que vende en los semáforos. Es una invitación para sonreírle al portero y preguntarle cómo está. Es una invitación para acariciar a un perro mientras le compartes un poco de tu agua. Es una invitación para visitar los cementerios, con sonrisas genuinas y flores o una postal en agradecimiento por la vida de aquél ser. Es una invitación para sonreírle a los niños en la calle, para ser amable con los adultos en los lugares concurridos.

Es una invitación para agradecer el talento de sentir amor por las criaturas del mundo. Es una invitación para dar un poco de lo que nos dan a diario.

Y, gracias al cielo, esa invitación no sólo se recibe cada catorce de febrero, sino que se extiende hasta el treinta y uno de diciembre.

Es una oferta vigente todo el año.




Vamos a recordar que, si se tiene el talento del amor, se puede sentir amor por cualquier criatura del planeta, sin importar su género, su condición, su origen, su idioma, su religión, ni siquiera su forma...

Es un talento. Es un privilegio. Es un derecho y una obligación.

El amor es todo eso. Es libertad y cárcel. Es dulzura y amargura. Es ganas y es arrepentimiento.

Hay que aprender a verlo como es, porque ni siquiera el amor es perfecto: El amor es amor y es lo único que en realidad importa.

Ejerzcamos nuestro derecho de amar a todos. Seamos fieles. Seamos compasivos. Seamos pacientes. Seamos tolerantes. Seamos honestos. Seamos leales. Seamos amor.



Porque el amor es rojo, como nuestra sangre, como de lo que estamos hechos.


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