viernes, 18 de marzo de 2016
Ser Un Lujo
Hoy, durante mi jornada escolar, escuché a mis amigas decir que estaban hartas de ciertas personas en sus vidas y lo que estaban buscando era "eliminarlas" de toda red social, porque aparenemente la única relación con estas personas, era a través de whatsapp y facebook.
Me reí, porque su tentativa de apretar el botón de "borrar" era tan frágil, tan poco convencida, que por un minuto sentí como si me estuviera mirando a mí misma, seis años atrás, mordiéndome los labios dudando si borrar algún contacto de messenger o lo que fuera.
Seis años han pasado, y hasta hace unos meses me costaba trabajo el siquiera eliminar algún contacto inútil de la memoria de mi celular.
Pero ya no soy así, amigos. Con lágrimas en el corazón o una sonrisa burlona en la cara, puedo eliminar cualquier rastro de relación con alguien en las redes sociales. No me provoca ningún malestar bloquear a alguien. No me provoca ningún insomnio el hecho de considerar el problema en el que me meto cada vez que borro a alguien de mis contacos o le doy el unfollow o lo que fuese.
Me encojo de hombros y simplemente asiento con la cabeza.
-Pues sí, te borré, ¿Y cuál es el problema?-
I mean, eso no quiere decir que soy autosuficiente como para medir el grado de toxicidad en una relación y cortarla de tajo. Se me dificulta mucho eso, pero ya voy trabajando para salir adelante. Es un área de oportunidad que URGE limar.
El punto no es ese.
El punto es que, hasta hace rato, había sido un día muy meh. Sí, hizo mucho viento, y sí, comí bastante helado, además, había sacado un 8 en un examen para el cual NO estudié un carajo y bueno... tenía casi el 35% de bateria en mi celular a las siete de la noche. Todo cambió cuando recibí una llamada de mi mejor amigo Ángel.
-¿Qué haces?- quiso saber.
-Voy apenas para mi casa...- respondí, dudosa de adónde quería llegar con eso.
¿Quería invitarme a salir tan noche? No, ni Ángel ni yo somos de salidas nocturnas. Además, ya le había rechazado la invitación a emborracharme a mi amiguito Diego y a mi amiguita Dani. (Sorry, guys, i love you so much, but don't).
¿Entonces qué diablos quería?
Pues resulta que el tipo -mi mejor amigo- llegó a eso de las nueve con quince de la noche, me marcó para salir de mi casa y platicamos en la calle. Me explicó que sólo había ido a mi casa para preguntarme cómo estaba -Es que se había preguntado por mis tuits. Hagan de cuenta que tengo tuiter y a veces me expreso con demasiada... fuerza-
Total que platicamos por un buen rato de muchas cosas. De mi pésima semana de prácticas, de mi decisión sobre mi relación con Diego -de quién ya había escrito entradas atrás-, de que a mi primo El Oso lo van a dializar, de que estoy a tres capítulos de terminar mi primer libro y que en general, la vida me estaba pareciendo un túnel sin fin y ya no podía seguir esperando para mi muerDIGO NADA.
Me dio sus puntos de vista, me escuchó todo lo que hablé -que fue bastante- e hizo preguntas llenas de honestidad y puntos clave. Inquirió sobre algunos asuntos de mi vida muy equis e incluso quiso saber cómo estaba mi familia.
La verdad es que estar con Ángel me llena de ánimos para seguir viviendo; es como si renaciera estando con él y puedo ver las cosas desde otro punto de vista. Es mágico, de verdad, cómo mi amistad con él fuera una de las anclas que me mantienen cuerda -bueno, "cuerda"- y me mantienen con vida. Es increíble, es inexplicable, es... es divino cómo mi amistad con él cura bastante de mis heridas.
No importa cuán herida y cuán deshecha puedo estar, saber que tengo a Ángel a mi lado, dándome su apoyo, sus consejos y su amistad, es un bálsamo incluso más poderoso que la religión o la comida.
Antes de subirse a su auto y marcharse, Ángel me regaló unos pastelillos c':
Pero eso no fue lo que más me impactó. Más bien, lo que llegó a mi alma y destruyó algunas neuronas a su paso, fue lo siguiente que hablamos.
Ángel fue también a mi casa a presumiDESPEDIRSE, porque se va mañana en la mañana a Mazatlán y así todo cool con su familia. Yo le dije que tenía que divertirse mucho, porque habíamos otros que no podíamos darnos el lujo de salir de la ciudad a vacacionar.
-Ya, pero las vacaciones son cortas. Tú eres para siempre y eso sí es un lujo-
Obviamente hice una exclamación en voz muy alta de "AWWWW" y me dieron ganas de pegarle un puñetazo en la cara por lo cursi que eso fue, pero después de que se fue, me quedé pensando un par de segundos.
Es un honor grandísimo el que Ángel crea que yo soy un lujo, porque ese hombre es el mejor hombre de todos sobre la tierra y jamás nadie va a igualar su genialidad y perfección en ningún tipo de universo paralelo en su totalidad.
Pero es cierto lo que dijo Ángel.
Las personas son un lujo. Claro, obviamente NO TODAS son un lujo, pero hay gente que sí lo es. Gente que sí vale la pena.
Este post no es sólo para restregarles en la cara la amistad invaulable y mágica que comparto con este ser divino. No se trata de sólo eso, pero en parte sí es el caso :3
También quiero hablarles sobre ser una persona de lujo. No encontrar personas de lujo.
¿Saben qué? Ese es el problema del mundo.
Queremos a personas inteligentes, bellas, buena onda y que nos traten bien, pero nosotros distamos mucho de eso.
Queremos a un chofer rápido, pero nosotros no salimos con tiempo de nuestras casas.
Queremos a un buen doctor, pero nosotros no nos cuidamos lo que se debe cuidar.
Queremos a un buen chef, pero nosotros no queremos pagar por uno.
Queremos tanto, pero no estamos dispuestos a dar.
Queremos que alguien nos ame, pero no queremos amar.
Y eso qué, amigos. Qué representa. Qué sienten en sus vidas para ser así.
No les voy a hablar de cómo he sabido encontrar personas de verdadero lujo. Ni siquiera yo misma me explico cómo es que alguien como Ángel o Ale puedan disfrutar una compañía como la mía, sabiendo que soy una idiota torpe que se tropieza seguido y que tiene esta necesidad imperiosa de expresarse de maneras poco ortodoxas. No les voy a hablar de que deben dejar la televisión y los bares para encontrar gente que valga la pena. No.
Yo no sé de eso.
Comienzo a creer que es pura suerte, y si es el caso, muchos de ustedes ya se jodieron.
Yo vengo a hablarles de que, más que buscar a alguien con esas características, más bien tienen USTEDES que serlo.
¿Y cómo se es una persona de lujo?
Bueno, para empezar, creo que deberían tener madre. Ya teniendo eso, creo que tienen un buen recorrido ganado.
Aunque no estoy en posición de decirles cómo deben ser; yo por lo general me siento la peor mierda del mundo -aún así no me merecen c:-
El punto está en ser buena onda. Ser honestos, con lo que dicen y sienten. Ser congruentes. Y amar a las personas, a los animales y las plantitas.
Una persona de lujo es aquella que despide amor y luz.
La neta, qué flojera mil con aquellas que se las pasan odiando a todos y que neta nada más andan viendo a quién se chingan. Es normal aborrecer ciertos eventos, pero tanto veneno que lanzan contra todo el mundo, incluso sus amistades, está muy de hueva.
Una persona de lujo te ayuda a crecer como persona. Te acepta tal cual eres y te echa la mano cuando más lo necesitas.
Si queremos tener personas de lujo en nuestras vidas, yo opino que deberíamos empezar por ser personas de lujo.
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