AMIGOS, TODO ESTO ES NETA???!!! VA EN SERIO TODO ESTO QUE ESTÁ PASANDO?!!!
Todo junio me la he pasado escribiendo sobre problemáticas y situaciones mundiales. O sea, sé que no sólo pasa en este mes y que en todo el año hay cosas muy culeras en todos lados, aunque no sean televisadas o sean boom comerciales. Pero me es más fácil encender la veladora de la fe cuando son cosas más disfrazadas. Está mal expresarme así, ya lo sé, no me gusta ser indiferente, pero creo que entienden lo que quiero decir.
Este blog se abrió con la esperanza de curar mis propios dolores emocionales y calmar a mis demonios internos. Nunca quise abrir este blog como una recompilación de artículos de opinión, ni para crear chismes de vecindad o para divulgar mi vida personal. Es mero proceso de sanación mental.
Pero neta qué pinche mundo estamos haciendo. Cada día despierto y veo que las cosas se están volviendo más pendejas. ¿O la pendeja seré yo? A lo mejor. No lleguemos a conclusiones precipitadas.
He dado muchas opiniones sobre problemas sociales. No, no doy soluciones. No soy Yisus para salvar al mundo entero, no tengo ese poder. Ni siquiera aunque tuviera el poder, no creo tener la sabiduría. Tengo veintiún años, no suelo usar calcetínes par y gasto más dinero en libros que en comida.
También sé que ayudo NADA con quejarme ni hacer mis manifestaciones en solo como la gran ridícula que soy. Detrás de una pantalla difícilmente puedo hacer algo; lo máximo que logro hacer es desparramar mis pensamientos en tintes violentos y emotivos sobre el teclado de mi computadora para luego exhibirlos como pavorreales en mis redes sociales. Abro un corazón normalmente triste y roto por situaciones que van más allá de mi control. Es un poco imbécil llorar por cosas que yo no puedo mover, ni que puedo evitar o que puedo cambiar. Pero así es esto y así soy yo. Está en mi naturaleza sufrir y creo que por eso me importa tanto todo. Porque si no fuera el caso, creo que la indiferencia correría por mis venas como corre por las de muchas personas que conozco.
La lucha sigue.
La guerra civil continua y no creo recordar desde cuándo se inició. ¿Desde la desaparición forzada de los cuarenta y tres estudiantes de la normal de Ayotzinapa? No me parece. Creo que la tensión que se ha formado en el ambiente entre el pueblo y el gobierno de este mi país lleva más que eso. Incluso desde antes de que yo naciera.
Tal vez con la devaluación del peso y el efecto Salinas. Tal vez incluso antes de eso. Quizás desde la matanza de Tlatelolco.
A lo mejor desde pinches siempre ha existido esto en el aire, en el cielo de México. Un cielo contaminado por dolor, lágrimas y sangre inocente. Un cielo que ha escuchado los gritos y las súplicas de misericordia de los mexicanos. Un cielo que ha presenciado, en un silencio sepulcral y con la negrura de su frialdad, los ataques más viles perpetrados por seres humanos poseídos por el diablo.
Digo, porque esa es la única explicación que puedo darme a mí misma cuando pasan cosas tan terribles. Un ser humano es incapaz de tomar un arma y voltearla contra su propio hermano y aquí y en todos lados se han relatado cosas salidas de las pesadillas de James Wan. La única razón que yo podría hallarle en estos actos INHUMANOS es que han sido poseídos por demonios.
Veo a estas personas y no hallo ni una sola luz de humanidad en sus ojos. Sus almas han sido consumidas por demonios que escaparon sabrá Diosito de dónde. Sus cuerpos han sido destruidos para alimentar a estos seres infernales.
Ya sé, parece una explicación muy fantasiosa ante estas catástrofes, pero es que, ¿Pretenden que yo crea que son seres humanos los que crean armas para asesinar a sus hijos, a sus padres, a sus amigos?
Ño.
Soy joven, no idiota.
Tengo esta versión de los hechos, siéntanse libres de informarme/desmentirme/ quitarme la venda de los ojos, lo que sea que tengan apetito de hacer. Me gusta que la gente tenga ideas y me las externe porque de esa manera sé que piensan en algo. Bien o mal, pero pinches piensan.
Oaxaca es un estado muy pobre, sí. Lo he visitado, sí. He estado ahí, he visto sus tierras, he probado sus comidas y he interactuado con su gente. Lo encontré muy hermoso; sus enfrijoladas son las mejores que he probado en la vida y me turbo mega sorprendí cuando llegué a darme cuenta que no hay muchas tiendas de ningún pinche tipo. Pero okay, muy respetable y todo.
Oaxaca es además un estado tranquilo, a mi ver.
Esa es mi percepción.
Vamos a obviar todo el desmadre que ha causado polémicas tan grandes que han llegado a dividir a la sociedad mexicana.
Estemos o no de acuerdo con la reforma LABORAL -no educativa, amiguitos, vamos a llamarla como es. Si fuera educativa, veríamos reformas en las normales, en las escuelas de educación básica, en los contenidos, planes y programas, en la organización, en todo lo referente a EDUCATIVO-
Estemos o no de acuerdo con la CNTE/SNTE y derivados
Estemos o no de acuerdo con los maestros, los padres de familia y los alumnos que se están manifestando.
Estemos o no de acuerdo con pinches algo de este asunto tan grande, creo que podemos todos acordar que ninguna razón es válida para matar a alguien.
Ni siquiera aunque sean vándalos infiltrados que nada más quieren hacer desmadres para dar mala imagen a los maestros, ni aunque fueran los maestros los que estuvieran haciendo estos desastres.
Ni aunque miles de personas que salgan a marchar para que los tomen en cuenta.
Ni aunque NADA.
La violencia NO arregla violencia. Si buscamos un cambio, con la violencia no se va a dar, de una vez se los digo a aquellos revolucionarios con ideas de que a la fuerza nos van a hacer caso. Debemos ser inteligentes, no fuertes. Debemos ser hábiles, no ser vulgares. Debemos estar organizados, no ser numerosos.
Y como el gobierno que quiere "controlar", "manejar", "encausar" estos eventos, no pueden incurrir en la violencia para reprimir.
Estamos en nuestro derecho de manifestarnos; obviamente se busca que no existan daños colaterales como terceros heridos o destrosos materiales.
Podemos ser muchos, sí. Se puede salir de control, sí. Nunca falta el inadaptado que se las da de guerrillero y la neta, si sus papás son incapaces de ponerle un alto, difícilmente alguien más lo hará.
Es repetir la historia, amiguitos. Desde nuestra colonización, hemos vivido bajo el yugo de alguien más grande que nosotros. Nos han puesto el pie sobre el cuello para controlarnos y la violencia ha sido el perfecto pretexto para acabar con personas con quienes no compartimos nuestras creencias.
La semana pasada, en Oaxaca se dio a conocer lo que pasaba. Yo lo vi en tuiter, así que de ustedes dependerá considerar qué tan confiable es mi fuente.
Tuits de personas pidiendo a gritos ayuda, porque durante una manifestación "pacífica", la policía había arremetido con balazos y golpes. Fotos de hombres peleando, mujeres huyendo. Fotos de policías con armas, de personas haciendo barricadas con cosas para protegerse.
Todo estuvo muy horrible. Me asusté. No podía creer que el lugar que había visitado hace unos cinco años se había convertido en el corazón de una guerra, de una matanza.
No basta con eso, hubo policías heridos que fueron atendidos en un hospital y según lo que leí, al hospital se le dio la estricta orden de no atender a nadie que no fuera policía.
O SEA, QUÉ PEDO.
No entendía nada, pero eso sí terminó por provocarme escalofríos. K ped2. K ES EZTO?? UNA PELÍCULA DE WES CRAVEN O QUÉ. Eso sólo lo había leído en libros de terror, en historias apocalípticas y futuros distópicos. Nunca en la vida real. Nunca en mi país.
Una Iglesia sirvió como posada para muchos heridos y leí mensajes pidiendo apoyo a doctores o enfermeras que pudieran ir a checar a los refugiados.
Tres murieron ese día. Creo que han confirmado más muertos.
Tres personas murieron.
Independientemente de que fueran o no maestros, policías, vándalos, manifestantes, lo que sea que hayan sido.
Son mexicanos.
Son hijos de alguien.
Son hermanos de alguien.
Son hijos de México.
Son nuestros hermanos.
La policía, instancia que juró proteger al pueblo, se levantó en armas contra ellos. Cual sea la razón, amigos. No importa que éstos estuvieran haciendo desmanes en la ciudad, alborotando o molestando a los demás.
Simplemente no puedes sacar un arma y dispararles en la cara porque sí. No puedes dispararle a alguien que huye.
No puedes imponerte con armas con alguien desarmado.
No puedes.
El fuego y los machetes no actúan tan rápido como las balas.
Si tu vida corriera peligro, se entendería como defensa propia.
Pero parece ser que no fue el caso.
Una manifestación que se salió de control, por equis o ye motivo.
Lo peor en estos casos es que estas tragedias hacen que los pinches políticos de mierda, en vez de preocuparse por la población, aprovechan la oportunidad para desprestigiar a otros políticos de mierda.
Es algo que he aprendido con el tiempo y base de todo lo que he leído y he escuchado y he presenciado:
Un político de mierda es un político de mierda, lleve camiseta blanca y azul, rojo, verde y blanco, blanco y rojo vino, amarillo, verde y blanco.
Cual sea su escudo, un político de mierda es un político de mierda.
Sea conservador, sea progresista, sea capitalista o sea socialista o comunista.
Se aprovechan de estas situaciones para enaltecerse, para soltar veneno y para avivar el odio de la población hacia un sector de la clase alta.
Pero que López Obrador lance madera a la hoguera del desprecio y resentimiento de la gente hacia el gobierno Priísta no va a solucionar nada.
Créanme, yo también estoy emputadísima.
Tomé clases de historia durante mi educación y sé cómo se maneja el PRI. Ño voté por el PRI.
Pero ponerme a escuchar las palabras necias y llenas de ignorancia y odio de un señor de DUDOSA MORAL no va a ponerle fin a este cáncer social mexicano.
No voy a llegar a nada hoy.
Son las once de la noche, por alguna razón muero de sueño y tengo mucho trabajo por hacer las próximas seis horas.
Mis creencias políticas son muy mías y no quisiera ponerme a exponer eso en este momento. No hago un post evidenciando lo que muchos ya sabemos:
La política es un puto asco porque los políticos son un puto asco.
Tampoco vengo a invitarlos a levantarnos en armas por los maestros, cuando yo soy maestra -en formación-. No vengo a darles razones para que odien la reforma LABORAL ni para malinformar.
Mi pretención aquí es reflexionar en nuestras acciones, en pensar poquito en lo que se está llevando acabo en otros estados.
Es la cultura de violencia de México, lo sé. No voy a cambiar esa cultura con un ridículo blog. Ni siquiera aunque repita mi acción de escribir carteles y ponérmelos en mi cuerpo al salir a la ciudad por dos semanas va a hacer un cambio.
Puedo decirles que estoy muy molesta, estoy enojada. No estoy conforme con cómo se están manejando las cosas. No estoy satisfecha con pinches nada.
Las circunstancias poco tienen que ver. ¿Qué estamos haciendo como humanidad? Haciéndonos pedazos por un poco de papel con un valor simbólico.
Matando a sangre fría porque un alto mando me dio la orden.
Reprimiendo derechos civíles y HUMANOS.
Estamos vendiendo nuestra humanidad, nuestra alma, al diablo vestido en trajes caros y finos. Nos estamos dejando consumir por demonios internos que nos darán los mismos resultados que hemos conocido desde siempre y que ya expliqué.
Estamos caminando a pasos agigantados a un vacío sin retorno.
Eso estamos haciendo.
Y nos estamos llevando a nuestros abuelos, a nuestros padres, a nuestros hijos, y a nuestros nietos con nosotros.
Las cosas serían diferentes si sólo nos afectaran a los involucrados, pero no. Lamentablemente y por un karma que aún no logro asimilar, nuestras acciones ejercen efecto en los que nos rodean.
Cálmemonos ya.
Seamos inteligentes. El orden supera el número, recuérdenlo.
México es un gran país; tiene potencial para serlo. Imagínenlo como un bello paisaje en la mente de un pintor frente a un cuadro en blanco.
Nosotros somos el pintor, somos la pintura.
Y de nosotros depende que este México esté lindo y sea querido.