viernes, 17 de junio de 2016

Odio Que Mata




No escribo en los días que suceden las cosas; este blog es semanal. Tenía otro blog en el que sí escribía cuando sucedía algo pero era una excusa para practicar mi inglés. Ya saben que soy impulsiva, que soy histriónica y que paso mucho tiempo leyendo cosas del mundo.

Esto no sucedió esta semana. Pasó el domingo, si no mal lo recuerdo y fue de madrugada. Nos conmocionó a todos.

Sí, estoy hablando de Orlando, Florida. La masacre que hubo en el antro gay The Pulse perpetrada por un radical-homófobo-probable homosexual-islamita-con toques racistas. 

Este fin de semana estuve un poco callada en mis redes sociales, como algunos se dieron cuenta. Fue por cuestiones personales, pero cuando pasó esto, obvio una oleada de emociones negativas y violentas me inundaron.

Qué carajos.

Quince días antes había escrito sobre la vida deshecha de Harambe, aquel bellísimo ejemplar de Gorila de espalda plateada. Una semana atrás había escrito sobre la vileza que un montón de poco hombres bestias habían ejecutado contra una chica en Brasil.

Y ahora estoy escribiendo sobre una masacre hacia una comunidad vulnerable, una minoría.


De veras, qué carajos.



No vamos a entrar en dimes y diretes polémicos. Las motivaciones de este sujeto siguen sin esclarecerse. Pienso que ni siquiera él realmente sabía porqué lo hacía: Pudo haberlo hecho por religión, por homofobia, por producto de su sexualidad reprimida, por lo que sea.

No importa qué nombre le pongamos a su intención. Sólo podemos categorizarla y reconocerla como ODIO.

Odió lo suficiente como para andar tanteando el lugar (Dicen algunos empleados y testigos que era cliente frecuente)
Odió lo suficiente como para comprar un rifle de asalto. 
Odió lo suficiente como para planear una masacre en un centro nocturno.
Odió lo suficiente como para entrar y dispararle a las personas que convivían muy en paz.

Odió lo suficiente como para diferenciar; porque sí, amigos, hizo diferencias. Leí el relato de una de las sobrevivientes que dijo que el asesino llegaba con las víctimas y les hablaba antes de matarlas. A ella se dirigió pero después le dijo que no la mataría porque "no tenía nada en contra de los negros".


Odió lo suficiente como para alimentar un demonio interno que al final terminó por destruirlo físicamente. Odió lo suficiente como para arrebatar cincuenta vidas en una sola noche.

Odió lo suficiente como para negarle sus derechos vitales a personas inocentes que estaban ocupadas en sus asuntos.

Odió, así de sencillo. En un grado empezó y creció tanto su odio, que encabezó el peor tiroteo conocido por Estados Unidos -Y, o sea, es Estados Unidos, allá hay más tiroteos que aquí descabezados narcotraficantes-






¿Se pudo evitar?

Sí.

La indiscriminada venta de armas en Estados Unidos permite que cualquier pedazo de imbécil tenga acceso a un arma de fuego y de esta manera perpetrar verdaderos actos dignos de películas de terror.

Las enfermedades mentales y desequilibrios emocionales son un gran tabú en gran parte del mundo, por lo que aún información de prevención y apoyo para estas personas es bastante reducido.

¿Saben qué más?

La educación.

Ya ni siquiera digo que aceptación o la flexibilidad del pensamiento. No voy a alegar a nuestra época -ES EL 2016, ES NECESARIO QUE EVOLUCIONEN, TRISTES EXCUSAS DE HUMANIDAD, POR AMOR A TODO LO SAGRADO. NO PUEDEN SER HOMÓFOBOS DE NINGUNA MANERA-

No voy a alegar a la evolución ni voy a apelar al sentido común.

La educación es la diferencia.


Y ustedes me preguntarán: ¿Cómo, querida y enfurecida Charlie Marian, con educación podemos borrar el odio?

Bueno, bien sencillo: El odio no lo erradicaremos. Yo no puedo erradicar el odio, el prejuicio y la intolerancia de los demás. No puedo. Yo no dicto en su corazón ni en su mente lo que está bien ni lo que está mal. No puedo. Por más argumentos bien estructurados que prepare, por más información que presente, por más LÓGICA que preste, no voy a mover a alguien que no quiere ser movido.

No se trata de eso.

Pero la educación es el respeto.

Bien, no puedo quitarte tu estúpida -perdón, pero es estúpida y me permito recalcarlo por los miles de estudios que prueban mi punto- opinión de que la homosexualidad es algo "anti-natural"

Pero puedo enseñarte a tener madre y respetar. 

Bien, podrás no estar de acuerdo con el matrimonio homosexual y su posterior derecho a la adopción.
Pero puedo enseñarte a que no vas a meterte en la vida de pinches nadie porque para eso tienes la tuya.

Podrás no estar de acuerdo con ver a dos mujeres de la mano en la calle, pero eso no te da derecho de intimidarlas en su paso por la ciudad.

Podrás no estar de acuerdo con la vida sexual de tu empleado/jefe/compañero homosexual, pero eso no te da derecho de burlarte de él.

Podrás no estar de acuerdo con que ellos son personas con derechos, pero eso no les quita lo que son.

Ellos, nosotros, tú y yo, ustedes, somos personas.

Y el hecho de que tú no opines igual no les quita valor. 




Amigos, es el 2016.

No pueden quedarse con esas mentalidades tan cuadradas, tan cerradas, tan... tan llenas de odio. No pueden.

Y si lo hacen, por favor, tengan la consideración de cerrar las bocotas. Si nadie te está pidiendo la opinión, si nadie te está fastidiando, cállate alv, la neta.

"Pero es que me molesta ver gays en las calles"

Cállate alv.

"Pero es que mis hijos no pueden ver a esos jotos en la tele porque luego se les pega"

Cállate alv.

"Pero es que si quieren adoptar, pobres niños, les van a hacer bullying"

Cállate alv.

"Pero es que en la Biblia/Corán/Equis libro religioso, dice que es antinatural, es una aberración y Diosito los odia"

Cállate alv.

"Pero es que no es normal"

Cállate alv.

"Pero es que luego los jotos/machorras van a querer violarme en los baños"

Cállate alv.

Todos esos argumentos son tan pendejos, tan ignorantes, tan imbéciles. Tan... humillantes. Cada que se los oigo/leo a alguien, sólo se están humillando a sí mismos. 

Si vas a luchar contra mí basado en un libro escrito hace un par de siglos, mejor no lo intentes.
Si vas a luchar contra mí basado en convenciones sociales moralistas y misóginas que cambian durante la época, mejor no lo intentes.

Si vas a discriminar a alguien por su orientación sexual, su identificación sexual, no lo intentes. Las tienes todas de perder. Eres pendejo. Eres ignorante. Eres nada. Cállate a la verga.





Edúcate.

Tal vez tu corazón no cambie, y tal vez tus pensamientos sigan siendo las mismas aburridas y estiradas líneas de siempre. Tal vez eso se mantenga.
No voy a obligar a nadie a aceptar algo que no quiere.

Si tu religión te dice que debes despreciar a las personas que se enamoran de personas del mismo género, okay.

Pero cállate a la verga y guárdate tus cosas. No andes por ahí esparciendo odio, porque con la vara que midas serás medido.
Cállate, si no te gusta algo, no lo veas. Si no quieres toparte con homosexuales extravagantes en las calles, cámbiate de ciudad, tápate los ojos, no los veas. Pero no les quites su derecho a vivir su vida.
Si no te gusta el matrimonio homosexual, no te cases con un homosexual ni vayas a una boda gay.
Si tu "sentido común" te dice que debes evitar estas personas "para que no se vayan a enamorar de ti",  neta cámbiate de planeta.

Si quieres seguir viviendo en las cavernas, adelante. Quédate en tu retrógrada mentalidad.

Eso sí te advierto algo: Quédate así, involucionado, y tendrás que enfrentarte a la extinción.


Respetemos. Eduquémonos. 

Podemos no estar de acuerdo con los estilos de vida de las demás personas, pero el respeto es lo que nos ha permitido sobrevivir como humanidad, como especie -Bueno, más o menos, recuerdo que han habido hombres que han querido erradicar a "razas" de personas sólo porque chinga tu madre, tolerancia-


Si no te gusta, hazte a un lado y deja pasar a quien quiera pasar. Si no te gusta, muérdete la lengua y guárdate tus jetas.





Todos somos personas, más allá de nuestros gustos, nuestra apariencia, nuestras creencias, nuestra nacionalidad.
Todos compartimos una misma humanidad, somos una gran familia. No tenemos que estar de acuerdo con lo que hacemos, pero podemos respetar.

Si mi vecino gay está viviendo su vida muy tranquila, paga la renta, no es problemático y me saluda cada mañana, ¿Qué chingados me va a detener en ser buena persona, en regresarle el saludo?

Si mi empleada gay está viviendo su vida por su cuenta, trabaja bien, es responsable y me felicita en mi cumpleaños, ¿Qué chingados me va a obligar a ser grosero con ella por sus gustos?

Si mi hijo trangénero está tranquilo con sus decisiones, le va bien en la escuela, tiene un trabajo estable y es educado y atento, ¿Qué chingados me va a molestar su derecho a  ser hombre?

Si mi amiga bisexual es abierta con respecto a su sexualidad, si es una buena amiga y es solidaria con otros, si no me mete en problemas, ¿Qué chingados me va a querer meterla en el clóset otra vez al etiquetarla según su pareja actual?

Y, vaya, esto va más allá de la homo/bi sexualidad. Siempre he pensado que la comunidad LGTB acepta incluso a los que no entramos en la categoría de heterosexuales, a los asexuales, a los pansexuales, a cualquier orientación que no entre en el molde.


Si todos ellos están viviendo su vida, muy ajena a la mía y no me están jodiendo con sus decisiones, ¿Qué chingados les voy a pelear? ¿Por qué chingados voy a querer quitarles sus derechos, a negarles la vida?

¿Por qué los voy a odiar si no me hacen nada?





Es el 2016, amigos. Es hora de que dejemos vivir a las personas como mejor les convenga.

Estés o no de acuerdo, no les quitas importancia ni valor. 

Estés o no de acuerdo, no les quitas sus ganas de vivir y hacer las cosas y cambiar al mundo.

Lo repito: Estás en tu derecho a oponerte al cambio, a la evolución natural del ser humano. Estás en tu derecho de quedarte estancado en un libro de dos mil novecientos años. Estás en tu derecho de inventarte moralismos ridículos y poco éticos para disfrazar tu ignorancia. Estás en tu derecho de involucionar, de volverte el eslabón débil y moribundo de la cadena humana.

Pero ese derecho conlleva la responsabilidad -y casi obligación- de extinguirte. Los suyos, los míos, aquellos que decidan no progresar, no trascender.

Es el 2016, amigos.

Es hora de que el amor sea amor en todas sus manifestaciones. Es hora de que veamos más allá de un cuerpo físico, que entendamos más allá de la razón y lo convencional. Es hora de que abramos nuestras alas y volemos. Dejemos que alguien más abra sus alas y vuele.

Es hora de que seamos quienes somos, sin prejuicios ni represiones. 

Es hora de aceptarnos, con nuestras diferencias y semejanzas. 

Es hora de evolucionar.






Este mensaje va para todos: Tanto heterosexuales, como homosexuales y asexuales. Incluso en la misma comunidad puede existir desaprobaciones en torno a los mismos miembros. 

Amémonos por quienes somos, no por lo que somos.

Amémonos por lo que sabemos hacer, no por lo que podríamos hacer.

Amémonos sin ataduras, sin condiciones, sin prejuicios. Sin miedo.

Que una pareja pueda caminar de la mano en la calle sin sentirse señalados o burlados.
Que una pareja pueda adoptar.
Que una pareja pueda trabajar, pueda ayudar, pueda colaborar.

Que una pareja se pueda amar sin tener la preocupación de las etiquetas.


Esto que pasó en Orlando fue horrible, muy lamentable y doloroso. Lo peor es que tristemente no ha sido lo único: En Xalapa hubo una balacera que dejó cinco muertos el último domingo de Mayo, me parece.
En países como Irán, Arabia Saudita, etc, se castiga con PENA DE MUERTE la homosexualidad.

En países como Argelia, Nigeria, Marruecos, Afganistán, y Corea del Norte, entre otros, se castiga con cárcel, e incluso con cadena perpetua la homosexualidad.

Las listas son larguísimas.

¿Y los países que aprueban el matrimonio y adopción gay?

Son 10 en todo el mundo, entre ellos Canadá, Islandia, Argentina, Portugal, España, algunas partes de México y Estados Unidos.

¿Ven? Las cifras son muy disparejas. Hay más países que matan a sus habitantes por andar de la mano con una persona de su mismo género, que países que permiten que estas dos personas se puedan casar.

K pe2. Eso me asusta muchísimo.






Por otra parte, lento pero en proceso, se va dando la apertura a más visibilidad para la comunidad LGTB. La escena de arriba pertenece a una edición del famosísimo cómic de Archie, en donde el personaje homosexual se casa con su novio.

En el mundo de los súper héroes, en una nueva versión de Linterna Verde es homosexual:



Haruka y Michiru, una pareja homosexual en el muy aclamado manga/anima Sailor Moon se ha mantenido desde 1991 y se le ha permitido estar tanto en el manga como en ambas versiones del anime:



Series como The Simpsons, South Park, que tienen décadas en la televisión de las distintas sociedades en diversas parte del mundo cuentan con personajes abiertamente homosexuales:



(Incluso el señor Garrison llegó a ser transgénero)




Programas como Queer As Folk, Glee, The New Normal, Skins, Grey's Anatomy, Dr. House, The O.C, the Orange Is The New Black, Vampire Diares, etc, tocan la temática y abordan diversas situaciones con personajes específicos.



Hay películas, hay libros, hay música, hay teatro, hay de todo. La información está allá afuera, dispuesta a ser estudiada. La normalización es un cambio que cada vez lo estamos agradando.

Incluso en programas para "niños", como Hora de Aventura, Steve's Universe o Gravity Falls se promueve la aceptación y visibilidad de estas relaciones:






(Todas estas parejas están turbo confirmadas)



El amor es amor, creo que está de más recordarlo. En todas sus formas, el amor es sagrado, es puro y es divino.

Si no estás de acuerdo con esta premisa, estás en tu derecho y lo respeto. 
Pero cállate a la verga y deja a otros que sí creen en eso vivir en paz.

Si sí estás de acuerdo con esta premisa, estás en tu derecho y lo respeto.
Alza la voz. Que te oigan. Haz valer tus derechos. Sé valiente. El mundo es oscuro y hostil, pero siempre habrá alguien que hará la diferencia: 

Tú mismo.


Dejemos el odio ya. No nos conduce a nada bueno ni productivo.
Es un odio que mata a otros, que mata a nuetras familias, a este planeta...

Y es un odio que a la larga nos matará a nosotros mismos si dejamos que nos consuma lo suficiente.


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