viernes, 3 de junio de 2016
Jodida Humanidad de Mierda
Título polémico, ¿Verdad?
Quiero empezar esto diciendo que me viene valiendo un carajo si se molestan o se ofenden con mis palabras, los hechos y mis opiniones.
Ustedes tienen derecho a tener la suya y yo la mía. No pienso cambiar el punto de vista de nadie; es imbécil pretender cambiar mentalidades con letras; eso es trabajo del descubrimiento de la realidad de cada persona, de la educación y del corazón propio. Nada de lo que yo pueda decir va a hacer que piensen igual que yo.
No quiero que piensen como yo; pero estaría padrísimo que tuvieran tantita madre alv.
Supongo que leyeron la historia del bello gorila EN PELIGRO DE EXTINCIÓN que vivía en un zoológico de Cincinnati.
Okay, si no han leído la historia, permítanme abrazarlos porque oh, Dios, qué gloriosa y dulce es la ignorancia y luego abofetearlos porque fue una noticia viral y qué carajos está mal con su curiosidad por el mundo.
Harambe era un gorila que vivía -in-cómodamente en un zoológico de la ya mencionada ciudad. Él estaba muy en su pedo, sólo sobrellevando el tiempo y "viviendo" su vida cuando de repente un escuincle de cuatro años cayó a su jaula, por sabrá Diosito y Buda misterios de la razón.
Sí, un niño escaló por la reja y se arrojó a la jaula de los gorilas porque aparentemente #YOLO, #GorillaFanNumber1;aparentemente su madre perdió de vista al niño "apenas unos instantes" y un niño de cuatro años burló la seguridad de un zoológico de una gran ciudad estadounidense.
Sí, ya sé.
No conforme a eso, Harambe se sacó de pedo porque pues, qué carajos, están lloviendo niños humanos o qué ???
El gorila hizo lo que cualquier animal -o humano- hubiera hecho; acercarse al niño a ver qué pex. Luego lo tomó del brazo y con la fuerza desmedida y natural de un gorila de 180 kilos y 17 años, lo arrastró por la zona del pequeño laguito artificial. Entonces lo ayudó a incorporarse y le dio la mano.
Claro, considerando todo esto bajo la atmósfera de estrés y gritos histéricos que estaban creando los presentes. No me imagino qué tan muerto del miedo -o de emoción- el niño estaba, no me imagino qué tan muerto del miedo -o estrés- el gorila estaba; no me imagino la puta vergüenza de los tutores en el momento.
¿Qué se podía hacer? El zoológico mandó a su personal, obviamente al 100% capacitado y actualizado a encargarse del problema. ¿Y qué se hizo?
Oh, no, no podemos tranquilizarlo con drogas porque eso llevaría tiempo, Harambe podría ponerse nervioso y atacar al nene. No, no, no.
Oh, no, tampoco podemos darle comida o distraerlo, porque eso representa un riesgo para el niño.
Oh, no, no podemos esperar más tiempo; el gorila puede matarlo en cualquier momento porque ya lo movió de aquí y para allá como vil muñeco de papel.
Pos lo matamos, que con la muerte se soluciona todo :3
win-win para todos
El niño se salva
El zoológico se salva de una demanda por negligencia
:3
win-win.
Voy a dejar la historia sacada de una mala película de terror indie.
Yo sólo tengo interrogantes:
1.- ¿Qué carajos?
2.- ¿Por qué si tienen tanta sed de muerte, no se matan ustedes alv?
3.- ¿Qué carajos?
No quiero dejar pasar lo evidente. ¿Qué carajos? ¿Cómo un niñito logró llegar hasta la jaula de los gorilas?
Es un niño de cuatro años, por amor a todo lo bueno en el mundo. A esa edad no puedes "quitarle los ojos" de encima al niño. No puedes y menos en un lugar público. Y menos en un lugar público donde muestra animales salvajes tristes y estresados de maneras humillantes.
O sea, qué carajos.
Luego, ¿qué carajos con el personal del zoológico?
¿Hasta qué nivel son capacitados, o sólo son esos chavitos de preparatoria que necesitan un trabajo de medio tiempo para mantener sus estudios y/o vicios?
Lo primero con lo que pensamos arreglar las cosas es con muerte.
Es como el otro día que mi mamá mató una cucaracha frente a mí, amigos. Mi hermana le gritaba que la matara y yo intercedí y le dije que yo la sacaría viva. No me hizo caso y simplemente estrelló su zapato sobre la pobre criatura, haciéndola estallar, matándola al instante.
Qué carajos, amigos. Mi mamá no titubeó; sin ningún remordimiento la mató. Ningún ápice de culpa o dolor mostraron sus ojos y mi hermana fue tan fría a la hora de exigir el alma del pobre insecto... Realmente me hicieron emputar.
Queremos resolver todo con violencia, con muerte. Si un mosquito me está fastidiando, pues lo mato.
Si una chava me está molestando, pues la madreo. Si algo se sale de control, pues alv directo a los golpes y armas.
Claro y es que, no olvido que el niñito corría peligro con Harambe. Quién sabe cómo hubiera podido reaccionar el gorila con tanto estrés; los animales son impredecibles, yo creo que por eso los animales han extinto a tanta raza de humanos...
Oh.
No, no lo han hecho -TODAVÍA-
Cuestiono todo y como soy yo, pues obvio lloré de la ira que sentí.
No justifica nada. No hay nada que justifique. Mataron a un gorila inocente, a un animal cuyo único pecado fue estar en un lugar que no le correspondía. Mataron a un ser inocente, sin el más absoluto remordimiento ni titubeo. Así como a mi madre le fue fácil arrancarle la vida a una bella cucaracha, a estos cabrones -porque me viene en gana llamarlos cabrones- se les hizo fácil dispararle de muerte a este gorila, que recién había cumplido 17 años y que, por si no lo sabían, SU RAZA ESTÁ EN PELIGRO DE EXTINCIÓN.
Estoy enojada con todos; estoy enojada con la madre de este niño, porque por su puto descuido pasó esto. Su "error" fue pagado con la vida de un inocente y luego todavía agradeció a Diosito, porque Diosito "cuidó" a su hijo.
No, Diosito no cuidó a tu hijito. Un gorila lo hizo.
Y ese no es trabajo ni de Diosito ni de un gorila.
Es tuyo, maldita sea.
Estoy enojada con el niño, porque, YA SÉ QUE TIENE CUATRO AÑOS Y NADIE A LOS CUATRO AÑOS TIENE MUCHO SENTIDO COMÚN Y ASÍ. Pero estoy enojadísima, porque según los presentes, y según las notas que leí, varios testigos aseguraron que escucharon al niño decir una y otra vez que quería ver a los gorilas. Ya sé que por ser un menor no tiene culpa y vaya, menos a los cuatro años, pero qué carajos, mocoso. Si te responden que no, es no.
Estoy enojada con el zoológico. En primeras, ustedes zoológicos no deberían existir alv. Sí, yo he ido a zoológicos y así; me gustan mucho los animales, me parecen criaturas mágicas y la última vez que fui, hace un año, me la pasé turbo bien. Pero no deberían existir. Los zoológicos son una pretensión imbécil de la superioridad del hombre por sobre todo.
No, no es para que aprendas a amar a los animales.
No, tampoco es para que "los conozcas".
Es porque tú, como "ser humano", como "hombre" eres superior a ellos y sus vidas te corresponden a ti, y todo el mundo, así como sus recursos, están a tu merced, porque, pues, tú eres superior.
O sea, jelou, amigos, neta pinches ubíquense.
Sé que muchos, sino es que todos, crecimos con la idea de que éramos superiores y así. Que valíamos más por nuestras capacidades cognitivas y "razonamiento". Que somos seres evolucionados por nuestros sistemas de comuniación y nuestra tecnología.
Bueno, pues me cago de risa en sus caras.
En la edición pasada de mi blog, les comenté de esto; de mi amor y devoción por los animales y de cómo eso y una infección estomacal me empujaron al lado del vegetarianismo. Les hablé de la dignidad y equidad humanitaria, y de cómo yo fielmente creo en una vida llena de armonía y amor entre animales, plantas y humanos, independientemente de "cadenas alimenticias" y contra todo pronóstico.
Creo que está de más recordarlo;
Sólo quiero cuestionarles:
¿QUÉ CARAJOS?
O sea... neta no entiendo nada. Estoy tan llena de ira, y tan llena de horror, de cuestiones y de dolor que no sé cómo no he explotado.
Es el colmo.
Primero los dos leones que fallecieron por culpa de este dude suicida y aparentemente con delirio psicótico mesiánico.
Noticia Aquí
Y luego esto.
Y lo que ha acontecido en años anteriores, las especies que hemos extinto, y las muchas especies a quienes hemos amenazado.
Lo que hemos destruido y lo que hemos arrancado del suelo; por siempre llevaremos esas marcas de odio, de arrogancia y de muerte sobre nuestras almas.
No nos detenemos.
Tenemos que deternos. TENEMOS.
No lo digo como parte de un sermón animalista greenpeaciano. Nada de eso. No lo digo porque soy una jipi comunista y drogadicta con visiones utópicas de una realidad violenta.
No.
Lo digo porque es lo que siento que va a pasar. Es lo que predigo que pasará y estamos a tiempo -a muy poco tiempo- de cambiar las cosas.
Dejemos ya las armas, dejemos ya esa estúpida creencia de que somos superiores o valemos más que los animales y las plantas.
Dejemos ya la violencia.
Dejemos la muerte.
Cambiemos.
Aprendan a amar, maldita sea.
No solucionamos nada con la violencia.
Hasta hace unos días, yo quería las cabezas de los padres involucrados en esto en una bandeja de plata. Ansiaba ver que Servicios Infantiles les quitara a sus obviamente incompetentes padres al niño Deseaba que todo el mundo despreciara por siempre a este chileno y esta pareja estadounidense y que jamás nadie dejara que olvidaran lo que pasó, lo que siempre cargarían en sus corazones.
Estaba furiosa.
Lloré de tanta rabia e impotencia que sentí, que por un minuto estuve a punto de hacer explotar a toda la galaxia, pero me detuve. Algo me detuvo y fue como me di cuenta.
Soy antibélica orgullosa y me rehúso a creer que la violencia es el camino. No podemos combatir odio con más odio ni muerte con más muerte ni dolor con más dolor. No podemos. Yo más que nadie lo sé y estoy convencida de ello.
Me dejé llevar por mis emociones -como siempre hago y como ustedes ya sabrán-; el dolor dentro de mí encendió a la ira homicida.
Pero por mucho dolor que hubiera podido sentir, no cedí ante mis impulsos de clavarle un tenedor en la garganta a la primera persona que intentara decir una pendejada como que "se tenía que matar al gorila" o algo parecido.
Yo no puedo hacer nada y eso también me quemaba de furia desenfrenada. No puedo hacer nada. Me quejé en tuiter, gimoteé con mi madre y chillé con varios amigos. Estoy escribiendo este blog, gruñí mucha parte de mis noches y llegaba a la escuela con mala cara por tener ese pensamiento recurrente.
Saber que habían matado a un gorila, saber que hay animales que están viviendo en los zoológicos, en circos y en lugares muy inhumanos y en condiciones humillantes, me revuelve el estómago de ira, de enojo. Mis ganas de mover al mundo no se tienen que quedar en ganas.
Y si bien, no puedo salvar a todos y a todo, por más que yo quisiera, gracias a Diosito y Buda estoy en una posición en la que puedo educar a generaciones de niños. Puedo enseñarles a amar a los animales, a que los animales merecen una vida digna y en libertad en sus hogares. Puedo enseñarles el valor de la vida, y que nadie es más que nadie no importando su raza, su género, su sexualidad, su religión, su posición socio-económica, diablos, ni siquiera su especie.
Porque todos somos una gran familia y como familia debemos amarnos y apoyarnos y claro, de vez en cuando pelearnos y mentarnos la madre, porque pues así es esto.
Pero puedo enseñarles a evolucionar, a ver más allá.
Podemos, tú y yo, sin importar cuál sea tu situación, cambiar al mundo y podemos dejar de ser esa jodida humanidad de mierda que tanto miedo nos da imaginar que terminaremos por convertirnos.
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