Muchos tenemos la creencia de que, con año nuevo, se vienen nuevas oportunidades para cambiar nuestros poco saludables estilos de vida y podemos luchar por nuestros sueños y ser mejores personas. Digo "tenemos", porque yo también creo en eso. No tanto porque tenga el propósito de abandonar algo que me haga daño o pretenda comenzar alguna actividad física regular o algo así. Más bien hablo de que con año nuevo, puedo fingir que es un libro nuevo el que me han dado y sus páginas están en blanco y puedo ser libre de usar el pincel que quiera para escribir, pintar y arrancar lo que se me venga en gana.
Suena cliché, pero así lo veo.
Los inicios me gustan mucho. Es como pensar en un lienzo blanco... es emocionante pensar lo que puedes pintar ahí, ¿No? Las posibilidades, los colores, todo está en tu cabeza...
Me gustan estas fiestas, porque pienso que la mayoría del mundo se emociona por algo en común y eso me gusta. Me hace pensar podemos unirnos como humanidad, aunque sea para celebrar algo.
Además de la ficticia unión de la raza humana por estas fiestas, me encanta la idea de que puedo iniciar cosas gracias a la facilidad relativa de las fechas. Quiero decir, me es más fácil iniciar proyectos cuando puedo iniciarlos con el año, así llevo cuenta del tiempo.
O sea, por ejemplo, este blog y la antigua versión, ambos los inicié al inicio del año. Es lindo. Me hace sentir como... limpia, no sé, creo que eso es algo muy extravagante, pero creo que es más fácil para todos pensar así.
Si iniciamos algo, al mismo tiempo que el año incia, es como motivador.
O eso pienso yo.
Ahora bien, ¿A qué viene al caso el título?
Este año decidí salir de mi casa a pasar el año nuevo en un lugar diferente, un karaoke. Nos reuniríamos varios amigos, tomaríamos alcohol en copas y cantaríamos canciones de Luis Miguel y Gloria Trevi como las finísimas personas que somos.
Peeeero, como siempre, algo tiene que salir mal. Mi hermana decidió enfermarse esta semana, por lo que cuando llegó el 31, ella seguía con la nariz congestionada y dolor de garganta y cuerpo. Yo estaba que me cargaba el payaso.
Mis padres decidieron aminorar el problema al traer a casa varias cosas de nuestro interés común: Pizza, uvas, doritos y lo más importante: ALCOHOL.
Hell yeah!
Ya estaba preparado mi año nuevo en mi casa.
Empecé la noche al ver Me, Earl & The Dying Girl y DÉJENME DECIRLES QUE ES UNA PELÍCULA SAGRADA QUE DEBEMOS PROTEGER A TODA COSTA. De verdad, véanla, pero en fin, ese es otro tema.
Cené pizza, y comencé a darle tragos a mi inocente vodka preparado sabor cítricos. Mi mamá había comprado 4 botellitas -dos para mí y dos para mi hermana-, además de una botella de vino tinto y bueno, en mi casa siempre hay tequila por si alguien se quiere alocar.
Pasamos a las uvas y yo me atraganté con todas, pasándome una a una sin saborear, apenas masticadas y sin pedir ni un solo deseo.
Yo seguía en tuiter y revisaba mi whats porque andaba platicando con unas personitas, cuando entonces me percaté de que ya llevaba la tercera botella.
O sea, me había tomado mi parte, y además la de mi hermana. Pero yo juraba que estaba bien.
Admito que al pararme para ir al baño me mareé poquito, pero así como pudo ser culpa del alcohol, pudo ser culpa del vértigo que me dio por moverme tan rápido.
No parece una excusa tan creíble, ahora que lo pienso u.u Pero yo estaba bien. Estaba alegre, cantando canciones de Amanda Miguel y respondiendo a mis seres queridos por whats.
Entonces, pasó lo inevitable:
El alcohol se apoderó de mí y cuando eso sucede, me vuelvo MUY MUY MUUUUY HONESTA.
Entonces me puse a mandar a diestra y ziniestra mensajes de whatsapp a todos mis contactos, para desearles feliz año nuevo y chalalá.
Total que no paró ahí; terminé diciendo cosas que en mi sano juicio no diría, terminé haciendo preguntas que en mi sano juicio no haría, terminé sintiendo cosas que en mi sano juicio sentiría.
Y yo estaba feliz con eso. O sea, dentro de mi mente mareada y confundida, de verdad estaba convencida de que lo que hacía era genial y era cúl y era lo que quería hacer y que no era tan malo.
Okay, no fue malo.
Fue ATERRADOR.
Total que yo iba por ahí, diciéndole a la gente lo mucho las amaba, o preguntándoles porqué me decían cosas bonitas cada vez que platicábamos o pidiendo fotos de ellos sin ropa.
Pero era año nuevo, carajo. Y yo estaba ahí, con cuatro botellas de vodka encima, dos copas de vino y tal vez me pasaría al bando del tequila en un par de momentos.
Usaba ropa muy equis para recibir el año nuevo y mi peinado apenas era una coleta mal hecha y el maquillaje ya se me había corrido y mis uñas pintadas dejaban mucho que desear. Pero eso sí, me preparé y me puse mi bra rojo -por lo menos para esperar un novio decente este año. Esperemos que se llame Stephen y se apellide King-.
No soy de creer en esas cosas, pero rayos, pensé que tal vez me pasaba lo que me pasaba por no creer en eso. En fin jajajajajaja, esperemos que sirva para algo y si no, pues por lo menos fue gracioso por un rato.
Me quedé dormida a las 4 y media de la madrugada, justo cuando le había dicho a alguien que nos podíamos acompañar hasta el amanecer y bueno... no se acaba la historia ahí.
Cuando desperté, a medio día, tomé mi celular que zumbaba como una colmena de abejas furiosas y abrí whatsapp. Mi reacción fue la siguiente:
HOLY FUCK, POR QUÉ NADIE ME QUITÓ EL CELULAR EN EL MOMENTO EN QUE VIERON QUE COMENZABA A TECLEAR.
Dios, Dios.
Obvio sí recordaba con quién había hablado -másomenos-, pero había olvidado los temas de conversación o siquiera lo que yo les había dicho...
Por lo que cuando abrí los mensajes, retrocedí en mis conversaciones y omg, OMG.
OH MY GOKU
;_;
Qué bonita manera de iniciar el año. Arruinándomelo desde el primer día.
Pasé algunas ideas locas en mi cabeza para justificar mi comportamiento; algunas personas ya les pedí perdón por mi comportamiento salvaje, ya me tragué el orgullo y saludé bien a algunas personas y con otras ni siquiera he sacado el tema, porque me muero de pena ajena...
Oh, Dios.
OH DIOS.
Jamás en mi vida me había sentido tan avergonzada de mi propio comportamiento Y VAYA QUE ESO ES DECIR MUCHO.
Y pues ya, eso es todo.
Aquí se acaba la historia. Si ya sé cómo me pongo con unas gotas de alcohol, ¿POR QUÉ ME DEJAN EL CELULAR?
Me da gusto saber que algunos amigos se lo han tomado con mucho humor y me tienen paciencia. A los que no:
Sorry.
Y a los que les dije cosas muy comprometedoras:
pls, sorry, i was drunk.
Como conclusión:
Hace rato, cuando tuve un momento para mi intimidad, me di cuenta de que estaba usando los calzones al revés.
Y ese es mi inicio de año.
Propósito de año #1:
No voy a decir que voy a dejar de beber, porque no es realista y ciertamente, no quiero hacerlo. Pero sí voy a dejar de usar el teléfono cuando esté haciéndolo.
Y si sí lo uso.... será con personas que tomen con humor mis payasadas ;_;
A propósito...
¿YA VIERON QUE MI BLOG TIENE NUEVA IMAGEN, NUEVO FORMATO Y UN PLAYLIST APROPIADO?
omg, amigos, no olviden darme sus opiniones.
Gracias.
Y feliz 2016 a todos los que leen y a los que no... pues ya lean.
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