viernes, 29 de abril de 2016

Cómo Ser Un Niño (Cool, al menos)



Se siente raro escribir el blog a tan temprana hora del día -faltan diez para las doce- y es que, debido a mi apretadísima agenda, he de salir dentro de un rato y cuando regrese a casa no sé si esté en posibilidades de escribir algo decente.
Bueno, no es como si ahorita fuera a escribir algo decente, pero por lo menos estoy en mis cinco sentidos y tengo poquito margen de tiempo. Ok.


Mañana es día del niño y por lo que pudieron haber visto ayer -es que hoy hubo junta de CT en las escuelas y he ahí el porqué de nuestras suspensiones-, las calles estaban repletas de niños con disfraces; niños siendo celebrados en sus escuelas y por sus padres; niños con regalos, niños con dulces y niños felices.

Rememoré muchas cosas cuando ayer, camino a mi escuela, vi a un par de niños disfrazados en el transporte público.

Qué bonita época, la verdad. O sea, muchos estamos todos traumados desde entonces, pero sigue siendo bonita. 

La primera infancia, así como las infancias posteriores son regalos del ser divino que nos puso aquí y nos dio entendimiento, -poco o mucho, ya sea el caso-.

Debo confesar que, a pesar de haber cumplido veintiún años el pasado ocho de abril, sigo considerándome una niña. Una niña de corazón, una niña de alma, incluso una niña de temperamento y carácter.




Trabajo con niños y tal vez por eso he aprendido a no olvidar cómo era yo de niña, pero sé que muchos encuentran estresantes estar con ellos. Con sus hermanitos, sus primitos, sus sobrinitos, etcétera, etcétera. Incluso con sus hijitos.


Es frustrante, a veces, tener que lidiar con los niños cuando una ya es "adulto". Sobre todo porque los niños tienen este pensamiento mágico y nosotros ya sabemos de qué va el mundo. Porque los niños son todos alegres, impulsivos e inestables, y nosotros despertamos tristes y decepcionados y nos vamos a la cama tristes y decepcionados. Porque lo niños son temerarios y hacen ridiculeces sin importar quién los esté viendo, y nosotros vivimos con el temor de lo que otros puedan pensar de nosotros. 

Porque los niños representan todo eso que perdimos y hemos olvidado. Por eso muchos adultos son incapaces de llevarse con los niñitos. No son pacientes, no son tolerantes, se estresan con relativa facilidad y se aburren jugando con ellos. Porque lo han olvidado todo. Han olvidado cómo ellos eran de niños y al ver retratos vivientes de su infancia, sólo pueden enfocarse en lo malo. 





No vengo a criticar aquí a aquellos con falta de comprensión y paciencia para con los niños. Of course not. A veces yo paso por ello.

Recuerdo cuando daba clases a los nenes, con alguna discapacidad o no, y a veces me frustraba tanto que me daban ganas de darles un puñetazo en la cara. Pero me calmaba. Me obligaba a calmarme, porque me decía a mí misma "Bueno, no puedo sermonear a X niña por llegar sin actitud para trabajar porque yo también hacía eso. O todavía lo hago".

"No puedo castigar a X niño por haber hecho Y cosa cuando yo misma hubiera hecho lo mismo".

No puedo, porque lo hice, o lo sigo haciendo.

Lo que hago en esos casos es mejor indagar las razones de sus acciones. Sí importa lo que hayan hecho, pero me interesa más saber porqué lo hicieron.


Tampoco vengo a criticar la manera en que crían a sus hijos, a sus nenes. O sea, yo no tengo hijos y no estoy próxima a tenerlos -Al menos eso está marcado en mis planes de vida-; si trabajo y convivo con niños es meramente por mi trabajo o a veces en reuniones familiares. Están en su derecho de decirme "No sabes cómo es vivir con un niño", porque cuando yo viví con un niño, era con mi hermana y eso que nos llevamos un año de diferencia.

Sólo pienso, opino, me imagino, que la violencia NO es manera de educar a nadie. Ya sea violencia emocional, violencia física, e incluso violencia económica y es que, he escuchado a muchísimas personas, compañeros de escuela, amigos, parientes, gente en internet, que opina que si "A determinado niño le hubieran dado unas nalgadas a tiempo, no sería el desastre que es".

¿O sea cómo? ¿Vas a quitarle a un niño lo matón a madrazos? ¿No es eso algo, amm, no sé, incoherente?
¿Vas a quitarle a un niño lo mentiroso a nagaldas? ¿Vas a quitarle a un niño lo berrinchudo y grosero a base de gritos y humillaciones en público?

Digo, ese es mi pensamiento. Hay niños tan pero tan groseros y malditos, que neta sí te entran ganas de madreártelos, pero como persona orgullosamente antibélica, me rehúso a dejarme llevar por la creencia de que con violencia puedes solucionar las cosas.

Los niños crecen así, con miedo, resentidos, golpeados, humillados y se vuelven adultos miserables y amargados. 
Los niños crecen así, rodeados por una violencia que se normaliza desde casa y entonces al cumplir la mayoría de edad se resignan a que el mundo es un remolino de constante dolor y agresión, pero que así son las cosas.

Los niños crecen así, con esa creencia de que un golpe hace el trabajo que podría hacer las palabras o la comprensión.

Un niño crece así, abandonado o sobreprotegido, y se convierte en un adulto que olvidó de dónde viene.





Tampoco se trata de tratar a los niños con pinzas y guantes. Por supuesto que no; los niños tienen que estar expuestos al frío, a la tristeza, al hambre, al miedo, a la frustración. Tienen que pasar por épocas en las que no se cumplan las cosas que deseen, tienen que entender que existe la muerte y que la muerte puede besar a quien quiera, cuando lo quiera. Tienen que estar solos, tienen que conocerse a sí mismos.

Tienen que pasar por el espectro de todos los elementos humanos. Tienen que conocer; tienen que caerse y rasparse la rodilla o romperse la madre. Tienen que equivocarse; tienen que creer en cosas falsas y tienen que desmitificarlas.

Tienen que, porque en caso contrario, serán niños vacíos, niños vanos, niños banales. En muchos casos, esos niños superficiales se vuelven adultos vanidosos, extravagantes y necesitados de atención. Y nada jode tanto como alguien que busca constantemente una atención innmerecida, ¿No están de acuerdo?

Si los niños conocen la tristeza, aprenderán a ser felices. Si los niños conocen la muerte, aprenderán a apreciar el tiempo y la vida. Si los niños conocen lo desconocido, si los niños conocen el miedo, aprenderán a aceptar lo que no les es fácil entender. Si los niños conviven con el dolor, aprenderán a amar.

Y, desde mi perspectiva, nada necesita este mundo más que el amor. Si a todos nos moviera el amor entre nosotros, las cosas serían muy distintas.

Educamos generaciones de niños cuyas principales preocupaciones son no fallar en los exámenes, cumplir con las órdenes de mamá y papá y escribir su proyecto de vida a los dieciséis.

Nope.

Tenemos que educar a los niños para que sean ellos mismos, dentro de las capacidades humanas; para que cuando fallen, sepan arreglar sus errores y ser mejores apartir de ellos.
Tenemos que educar a los niños para que construyan su criterio propio. La obediencia es buena, sí, pero es mejor el sentido crítico.
Tenemos que educar a los niños para que creen cosas, que no pierdan esa originialidad y creatividad debido a comentarios con poco tacto; necesitamos más niños genios, dementes, artistas, científicos, altruistas; necesitamos más niños que hagan locuras buenas; insanidades positivas. Niños que cambien al mundo, sin sentir que son unos pirados por el siquiera soñarlo.





Necesitamos niños, aunque tengan cuerpos de treinta años. Necesitamos que la niñez sobreviva a los oscuras temporadas que se vuelcan sobre una cuando te das cuenta de la noción del tiempo. Necesitamos que todos recordemos cuando éramos niños; 

Cuando era niña y me peleaba con mi hermana a madrazos y palabrotas, a los quince minutos ya estábamos bien, habíamos olvidado el asunto y compartíamos de nuestros doritos.

Ahora temo pelearme con alguien y crearle un rencor tan grande que nuestra relación sea imposible de recuperar, porque eso he visto cuando los adultos pelean.

Ciuando era niña preguntaba por todo lo que veía. Cómo funciona tal cosa, qué pasaría si esto sucediera, cómo viven las personas al otro lado del mundo. Y si no obtenía respuesta que me satisfaciera de las personas, buscaba por mis pobres y torpes medios.

Ahora tengo miedo de leer el periódico; tengo miedo de sintonizar un noticiero. Tengo miedo de saber cómo están las cosas, no sólo en mi mundo, sino en el mundo que comparto con el resto de la humanidad.



Y así, queridos amigos, es cómo se desvanece la niñez.

Yo lucho constantemente para conservarla; nada me gusta más que disfrutar y amar como una niña. Nada es más lindo para mí que ver el mundo a través de mis ojos de niña.

Obvio me meto en problemas; soy inocente -por no decir que rayo en la pendejez-, y la curiosidad mató al gato y esas cosas. Ni modo. Hay gente que no entiende mi punto ni a lo que voy.

Supongo que son los gajes.

Pero a los veintiuno, no me queda mucho tiempo para preocuparme por los demás, por lo que otros puedan pensar. Pienso constantemente: ¿Enorgullecería a mi yo de siete años? ¿Es algo que mi corazón anelaría, aun si tuviera nueve años o veintitrés?

Ser un niño cool no basta con hacer niñerías mamonas y andar incomodando a todos.

No.

Esto de ser niño cool se extiende. No se trata de ser genial y hacer reír a todos a nuestro alrededor. No se trata de ser adorable y kawaii.

Se trata de estirar los brazos y dar gracias al mundo por las cosas bonitas que nos ofrece. Ser agradecidos. Ser originales. Ser cálidos.

Abrazar a nuestros amigos y enemigos; agradecer por nuestras familias. Y luchar con empeño cada día que pasa para que sea un mejor entorno, un mejor universo.



viernes, 22 de abril de 2016

De Alcoholismo, Amor Y Otras Cosas Que Hacen Daño


Hace rato estaba viendo el grandísimo tren del mame que hicieron con este asunto de "Lady100Pesos" en tuiter. Sí, leí la noticia en la mañana, pero no había visto el video, sino hasta hace un rato, cuando me entró la curiosidad por ver tantos memes.

El asunto va así:
Una chavita que apenas roza la mayoría de edad se puso hasta el culo de ebria, se subió a su camionetota junto a otros dos amigos (?, y condujo por la bella ciudad de Guanajuato. Obviamente y en su estado de embriaguez, chocó, hizo un desmadre y lo único bueno es que no hubo pérdidas humanas. (Tal vez su dignidad, pero eso ya es otro asunto). Cuando los policías llegaron, NATURALMENTE se la iban a cargar al bote, cuando entonces a ella se le ocurrió sacar un par de billetitos de cien pesos para ofrecerlos como mordida.
Como todo esto quedó grabado, los policías por claras razones se negaron a aceptar el mordisco. Y se la llevaron en una patrulla.

Sí, es más gracioso de lo que parece, pero, una vez que han concluído las risas, yo me pregunté:

¿Qué diablos?

El video notaba que era una hora decente de la mañana. ¿Quién está hasta las chanclas a esa hora? Dos. ¿Quién CONDUCE en ese estado? Literal la tipa no podía ni caminar con decencia. Y tres...
¿Qué pedo con los que grabaron?

¿Dónde está esa gente que graba cuando son casos verdaderamente importantes? (no como si esto no lo fuera, pero ya me entienden)

Me reí un poquis, la neta, porque repetía "güey" como perico, arrastraba las palabras al hablar y quería solucionar las cosas con un "deja te doy dinero".

Luego me avergoncé un poco por ella, por la cantidad de tuits mamones que leí y los memes que hicieron y pensé en lo que podría imaginar ella una vez que esté consciente de su error expuesto en todo internet.

Después un sudor frío se resbaló por mi nuca y me hizo sonreír de incomodidad. Por dentro, hace unas horas, pensaba "Bueno, yo nunca me he puesto taaan mal", pero NOCIERTO, me di cuenta de que varios comportamientos erráticos como los que ella protagonizó yo misma los viví.

Como eso de repetir hasta el cansancio "güey", sin importar que le estuviera hablando a la policía. -bueno, pero yo nunca le he dicho "güey" a un policía-; también que una vez me puse tan mal que ni siquiera podía caminar y mi amiguito Diego me tuvo que sacar casi cargando del bar. O como cuando quise solucionar los desastres que había causado con un "... pues, equis, dale dinero".


Yo he contado con suerte, porque no me he visto involucrada en un chismosote así de grande. Se debe también a que, por muchas tonterías que haga estando bajo la influencia del alcohol, jamás he dañado a alguien.

Bueno, no a un grado en el que deba 50 mil pesos.




Amigos, este asunto del alcohol es divertido, pero una vez. Repetir una y otra vez el mismo error es una pendejada. Y me refiero al error de caer en excesos y pues...

O sea, es una experiencia un poco... un poco... muy difícil de explicar, porque todos lo viven diferente.

Cuando era pequeña, odiaba el alcoholismo de mis padres, de mis tíos y así. Odiaba ver a la gente tomar y me preguntaba cuál era el asunto tras la bebida. Qué era lo que la hacía tan popular o porqué, tras un par de copas, la gente perdía el sentido común.
Me parecía irritante el olor, el sabor. Me parecían insufribles aquellas personas que se me acercaban tambaleando para contarme un chiste sin lógica.

Lo era. Así fue durante mi niñez y adolescencia. Incluso me llegué a plantear que jamás tomaría, que yo no caería ante las redes de aquella maldición líquida porque era más inteligente que el resto de las personas -O sea, sí lo soy, actualmente todavía-

Pero crecí y me vi obligada a enfrentarme a las cuestiones de la vida:

Familiares que morían, amigos que me traicionaban, amores que se desvanecían, sueños que se truncaban, miedo que se acumulaba y estas ganas de querer cambiar al mundo me estaban pasando la factura al fracturar mi frágil salud mental.

Tenía diecinueve años cuando disfruté mi primera copa -de vodka, debo agregar-, pero ahí se quedó el asunto. Lo encontré tolerable, pero nada más.
No magia, no misterio, no éxtasis.

Luego cumplí veinte años, fui a la boda de una de mis amigas de la secundaria y creo que me pasé poquito de whiskys.
Me la pasé bien. Conviví con mis viejos amigos, me reí bastante, platiqué, comí, jugué, me tomé fotos, participé, casi lloré. Estuvo bonito. Pero todavía estaba en mis cinco sentidos, incluso cuando estaba en el baño del salón respondiendo los whatsapp de una personita.
Me sentía alegre, me sentía melancólica y me sentía viva.

Olvidé por un momento el desmadre que era mi vida profesional a causa de mi carrera. Olvidé por un momento el amargo tono que cobró mi historia con Ingrid. Olvidé por un momento que Diego me había ocultado la verdad. Olvidé por un momento mis problemas, mis miedos y mi todo.

Fui feliz, pero no estaba borracha.




Meses después, y tras haber pasado por unas de las rupturas más dolorosas con alguien, y tras el fallecimiento de mi tío favorito, retomé la bebida.

Fue casi involuntario; no tenía mucha idea de que así fuéramos a terminar porque fue un plan que apareció de la nada y acepté, como buena aventurera muchachona de veinte años con complejo de yolo.

Como muchos de ustedes ya saben, terminé vomitando en el pasillo de un bar a las tres de la madrugada. Tomé tanto, que no podía ni hablar. Tenía que comunicarme con lenguaje de señas
 -porque puedo estar borracha, pero me gusta mucho el lenguaje de señas- para que me entendieran mis amigos. No me entendieron igual. Diego tuvo que sacarme del bar casi arrastrando. Yazmín tuvo que cuidarme todo el camino de que no me fuera a ahogar con mi propio vómito en el carro de nuestro amigo.

Y cuando desperté, el frío de una mañana de noviembre era dulce y me aclaró el panorama.

¿Qué había hecho?

Había confesado una parte de mi vida privada con ellos; había hecho el osazo cuando canté I Want To Break Free en el bar, había estado a punto de llorar al hablar de la reciente muerte de mi tío favorito. Le había mentido a mis padres y me había traicionado a mí misma, porque cuando niña me había prometido no alcoholizarme de ninguna manera. Me sentí tan avergonzada de mí misma, no sólo conmigo, sino con Diego y Yazmín, pero ellos tuvieron paciencia y compasión y les encantó verme tan deshinibida y tan suelta y tan... honesta.


De camino a mi casa me dije a mi misma que era la primera vez y la última. No volvería a emborracharme y aunque mágicamente no tuve cruda, mis padres no hicieron muchas preguntas y yo estuve a las ocho de la mañana en mi casa, no quise repetir la experiencia.




No les miento si les digo que después de eso, me emborraché en año nuevo. Luego en enero me compré unas botellitas de vodka para mi uso personal; en febrero una botella de vino blanco para mí solita, en marzo cooperé para una botella de vodka con otras tres amigas de la carrera y, la próxima semana voy a salir con ellas nuevamente.

En todas las veces me puse borracha, terminé cantando canciones ridículas, hablándoles a mis amigos por whats, en algunos casos dejando notas de voz o sacando temas incómodos. La última vez tuiteé sobre Diego, y lo mucho que "odiaba amarlo". Terminé por enviarle notas de voz diciendo sabrá Dios qué a mi maestro. Terminé por sacar tantas cosas con tanta gente; Incomodé a Alex, a Karli. Sorprendí a algunos amigos, antojé a otros más, y asusté a mis padres porque pasé la peor cruda/bajón de azucar de la vida.

Lo sé, lo sé.

No tiene ningún sentido seguir tomando porque no sé hacerlo. Porque mi cuerpo es tan puro y tan inocente que al primer vaso de vodka ya todo me da vueltas; porque al segundo whisky comienzo a ponerme platicadora. Porque sé cómo me pongo: Honesta, suelta, conversadora, cálida, romántica, cantora... Cosas que soy estando sobria, pero en una dosis mucho más peligrosa.
Porque me hace daño, porque mi cuerpo lo rechaza naturalmente.
Porque sé que hacerlo en exceso es peligroso, porque sé que por mis venas corre latente el gen del alcoholismo heredado por ambos padres.


Pero, vamos, quisiera añadir una cosa:

Este alcoholismo que tengo no es nada más que una manifestación artística.

Yo no tomo cuando estoy triste, como mi hermana, o cuando estoy feliz, como mis amigos.

Yo tomo cuando quiero sentirme en la misma dimensión que Stephen King, cuando quiero hallar y ampliar esa vocecita dentro de mí para que me cuente una historia que luego yo pueda traducir a letras escritas.

O sea, diario tengo antojo de tomar.


jajajajaa es broma -no tan broma-



Mi punto es que:

Tengo veintiún años, de veras no planeo vivir por mucho más allá de los treinta y esto del alcohol es como un demonio personal. Cada quien juega con el suyo como se le da la gana; hay que tener cuidado, porque tanto fuego puede quemar, pero sin ese fuego, también te puedes morir de frío...

Y, es que, aun cuando sé la mucha asistencia psiquiátrica que puedo necesitar, la verdad es que una buena copa de vodka al final del mes me cae bien. Sobre todo cuando estoy con gente que me hace sonreír, por lo menos un rato; cuando es gente que me cuida, como Diego y Yazmín, cuando es gente que no me juzga, como mi hermana o cuando es gente con quien me la paso bien, como Fany.

Es un poco ingenuo decir que voy a dejar de tomar. Me gusta hacerlo, no soy buena haciéndolo, pero cuando estoy de humor, lo hago.
Pero sí puedo decir que me he cuidado -bueno,  másomenos-, y me voy a seguir cuidando. No voy a caer en las garras de esos pinches abusadores que buscan aprovecharse de una chavita buena onda borracha e inocentona.
Tampoco me subo a los autos de los borrachos, a menos que sea absolutamente necesario -o si ese día me siento suicida, lol-

Amigos, es un mal vicio, lo sé, porque estoy consciente del daño psicológico y fisiológico que me hace, pero...

Es algo enteramente mío y creo que mientras no joda a alguien más, estará bien todo.



Sobre el amor y otras cosas que hacen daño...

Estas dos semanas han sido un asco; tengo que pasar por dos rupturas y es muy pesado vivir esperanzada a que el día mejor me sienta mejor y eso no pase.
Tengo cinco días durmiéndome a las dos de la madrugada y despertándome a las seis.
Esta semana me equivoqué en mis tareas tres veces.

No puedo dormir, no puedo comer, no puedo concentrarme, no puedo ser yo. Qué triste.

Pero, bueno, confío en que pronto pasará toda esta mierda y estaré bien.

No se enamoren y si lo hacen, háganlo de personas que valgan la pena el insomnio y todo lo que el amor conlleva. Ya saben, dolor de cabeza, dolor de alma y bajones del autoestima.

Sobre las otras cosas que hacen daño...

Pls, siempre carguen un suéter. Pinche clima tan inestable que ha estado presente los últimos días. Hasta se parece a mi humor.

POR CIERTOOOOO

Recientemente abrí un nuevo ask -el viejo que tenía me dolía abrirlo y leer la cantidad de cicatrices producidas- y se los dejo, por si gustan dejarme un "Qué buena escritora eres, Charlie Marian", o un "Chinga tu madre, ojalá te mueras pronto, Charlie Marian".

Cualquier cosa es bien recibida.

https://ask.fm/nosoycharliemarian



viernes, 15 de abril de 2016

Clavo Que (NO) Saca A Otro Clavo


No sé si es el calor lo que me está alterando o son estas nuevas hormonas de los veintiún años o sabrá Diosito, pero el punto es que he estado perdiendo el juicio a una velocidad más rápida de lo que es normal para mí.

Una cree a los quince años que ya se sabe la vida de ida y de reverso y luego aparecen una serie de situaciones que ponen a prueba todo lo que eres como ser humano: Para mi mala suerte, lo que queda de mí es muy poco de ser humano y mucho más de locura, confusión y alguno que otro dolor espiritual. En fin. Basta de lamentaciones. Lo hecho, hecho está.

Eso sí, recuerdo muy bien lo que pensaba antes de esto. Existe esta canción que me encantaba mucho que se llama Loves Me Not de T.a.T.u y pues, a mi tierna edad, me emocionaba mucho.

Veía estas situaciones cómicas sobre los triángulos amorosos en la televisión y me reía por montones; había algo de prohibido, peligroso y dramático en el asunto que me atraía bastante. Me llamaba la atención el mecanismo emocional por el que se manejaban estos famosos "triángulos". La vida dista mucho a ser como en las películas, a veces tiene parecido con los libros y la música por lo general es lo más parecido a ellas...

Pero no hay muchos libros -al menos que yo haya leído- que tocaran el tema; no hay muchas canciones -al menos las que he escuchado- que tocan el tema.

Así que, después de tanto preguntarme, de tanto cuestionarme, investigar, informarme, escribir, imaginar, cómo sería si yo estuviera en esa misma situación, las cosas se agravaron.

No fue como una película, no fue como un libro. No fue como en las series de MTV ni como en la música de Taylor Swift.

No fue como lo planeé, quizás, porque nunca quise meterme en un problema de este tamaño. No fue como lo imaginé, porque siempre en mi mente tenía una respuesta, un camino certero que eligiría.

Y cuando me pasó, durante los segundos, minutos, horas, días o meses que pudo haber durado esta bomba de tiempo, estuve perdida. No sabía qué quería, no sabía ni cómo diablos me había metido en este desmadre; no sabía quién era yo, por lo tanto, no sabía qué carajos estaba pasando.




Esto nunca fue un triángulo amoroso. Claro, cumplía ciertas "características" como tal, pero no lo era. Yo nunca lo sentí, y es que, en las películas y las canciones suena y se ve encantadora la idea. Cuando estás dentro del remolino de tortura y confusión es una historia muy distinta y más que comedia romántica, se podría entender como situación de terror.

A mí me causa terror el siquiera imaginar lastimar a las personas que amo, a los que están cerca de mí.

Y miren lo que he hecho: Debido a mi confusión, a mi miedo, a mi resistencia de seguir un camino concreto, a mis torpezas y a mi buena fe, terminé arruinándoles la existencia a otras dos personas a demás de la mía, por lo menos durante que esto estuvo presente.





Tuve esta historia complicada con la persona A (cuyo nombre no voy a delatar -sellamaIngrid- por respeto a... pues, a lo que sea que le deba respeto), un par de años antes de conocer a la persona B (nombre que no pienso escribir -EsDiego- porque dije que ya no escribiría más de ellos).

Fue bonito, efímero, brillante, alentador y con todo una vida por delante, pero al final se acabó este vínculo. Se llegó a su término y, estuviera o no de acuerdo con A, tuve que aceptarlo. Y lo acepté de buena gana.
La amistad era el escalón al que me habían limitado, entonces accedí, ¿Qué podía ir mal?

Pero fue una mala idea, amiguitos, porque una amistad después de un noviazgo a duras pensas llega a "amistad". No es amistad eso. Estas ganas insanas de atarte a la otra persona se disfrazan de todo con tal de seguir ahí. En este caso, la amistad, en letras grandes y de neón, llegaron a resaltar en nuestras conversaciones. Tanto A como yo estábamos de acuerdo en seguirle en un plan meramente amistoso.

Siendo sincera, desde mi parte, hubo muy poco de amistad. No era algo que yo pudiera controlar. No era algo que yo pudiera detener a mi antojo o manipular con mis manos. Tal vez, desde un inicio, debí no hacerme tonta y salirme del camino de la persona A, pero noooo, quise creer que había alguna esperanza.

¿Cuál esperanza?

Esto se había acabado en el momento en que había decidido abandonarme. ¿Y yo qué podía hacer contra ello? Pues respetar su decisión.

Quise tener esperanza de que quizás las cosas cambiarían, de que quizás todo estaría mejor.

Y mis amigos y los testigos opinaron:

"Mariana, neta estás muy mal", aseguraron. "Tente tantita dignidad" casi me imploraron. "Piensa con claridad si realmente alguien así y lo que te ha hecho vale la pena", desearon.

Pero como ustedes sabrán, yo soy muy buena ignorando a todos. Lo ignoré.


Y esta parte de mí no se iba. No importaba lo que hiciera o intentara, estos sentimientos no se iban. Por más que quisiera alejarlos o ignorarlos, parecía que crecían más. ¿Y ES QUE EN QUÉ CABEZA CABE QUE SI NO CORTO LA INTIMIDAD DE LA RELACIÓN TODO VA A SEGUIR EXACTAMENTE IGUAL?

Ahí mi error.

Creer que podía ser lo suficientemente madura, fría e inteligente como para saber manejar esto.

No lo fui.



Pero pasé un tiempo considerable engañándome a mí misma diciéndome que todo estaba cool, y que nada más era una amistad y chalalá.

Entonces llegó la persona B y revolucionó todo dentro de mí.

Al inicio tuve esta resistencia. "Okey, dude, eres muy dulce y me haces reír y estoy impresionada por tu buena ortografía y tu manera tan clara de expresarte, pero hasta ahí", porque yo tenía a la persona A.

Pero B fue llegando a mí, lentamente, y llenándome por dentro con luz, con optimismo, con risas, con caricias, con un amor que me fue imposible esquivar...

Un día simplemente desperté y me di cuenta de qiue me hacía falta B. Mucha más falta de lo que temía reconocer.

Sentí que mi corazón, roto por A desde hacía un tiempo, volvía a latir. Regresaba a la vida. Se llenaba de sangre otra vez.

Y fui feliz. Omg, fui tan feliz...

pero dentro de mí, había un huequito oscuro en mi mente que se preguntaba: ¿Y A?

¿Y A?

¿Y A?

¿Y B?

¿Y B?

¿Qué haré con A? 

¿Qué hago con B?




Aplaqué mis demonios internos minimizando el asunto:

"Bueno, A y yo es en plan buena onda de amistad, mientras que B y yo... pues vamos a ver qué pasa"

Mala idea, amiguitos. Malísima idea.

Me creí lo suficientemente inteligente, fría y calculadora y todo me salió mal.

Todo me parecía tan surreal. A y B comparten/ían bastante, lo cual a mí me daba risa y me incomodaba. 

A decía algo que B me había dicho primero o B tenía un comportamiento que A ya había mostrado y yo estaba muy mareada.

No miento.

Me enamoré cabrón de B. Así fue y como ya he planteado, B hizo que me cuestionara muchas cosas e incluso, si nuestra relación hubiese sido un poquito diferente, para bien, fácilmente habría caído en las redes de una relación formal, oficial. Quizás hasta matrimonio. QUÉ MIEDO PENSAR EN ESO AHORITA, pero así fue.

No miento.

A pesar de que estaba enamorada de B, esta intimidad con A crecía y crecía. Cuando B me había preguntado si regresaría con A, yo muy segura había dicho "Nel". Pero mientras más y más convivíamos, era como si le echara leña al fuego. 

Estaba enamorada y amaba con locura a B, pero me negaba a dejar ir a A. Y me fastidiaba cuando me contaba de sus cosas románticas, pero yo sabía que no tenía ningún derecho, por lo que me quedé callada y puse mi mejor cara.

Y, después de un tiempo considerable, me pregunté de verdad las cosas...

¿Estaba enamorada realmente de B? ¿Por qué si aún seguía sintiendo algo por A, me negaba a darle otra oportunidad?

¿Qué carajos estoy haciendo?




B nunca fue un "clavo" para desclavarme a A, que eso quede claro.

B y A fueron accidentales; cuestiones random del destino, la vida, Diosito, Buda, Satanás o consecuencias de mis propias acciones. No sé.

Nunca he creído en eso de que clavo que saca a otro clavo, porque la única vez que lo intenté, no funcionó y al contrario, terminó por explotarme la bomba en la cara.

Este asunto difiere mucho.

A lo que voy es que, intenté por todos los medios que ambos, tanto A como B, fueran felices. Quise que entendieran que debían resignarse a lo poco que podía ofrecer, porque estaba insegura.

¿Hacia dónde iba? ¿Si doy un paso más allá con B, A se sentirá lejos? ¿Si sigo en esto con A, B sentirá traición?

Y el poco tiempo de confusión que pasé al preguntarme a quién realmente amaba se eclipsó por completo.
Tenía que decidir qué mierda hacer, para dónde iba a virar, con quién iba a caminar...


No duró mucho.

Tomé mi decisión. (Decisión que creo que fue acertada, pero igual me provocó un agujero negro en el corazón, pero ése es otro tema)



Puedo afirmar: jamás me había pasado tal cosa. O sea, sí que me gustaban dos personas o lo que fuera, pero nunca a este grado. De amor, amor.

Y, si bien, yo he estado en otros "triángulos", nunca me había tocado estar en el centro. 

Es un asco. No es divertido y ahora siento bastantito dolor y culpa por algunas actitudes, cosas, que hice o dije para ellos dos.

Porque yo sé que a ellos dos nos les dio gracia. Porque sé que les quité bastante al estar en esta posición de indecisa mamona insufrible. 




Clavo que saca a otro clavo no va bien, no sirve.

Más bien sería: Clavo que se supone que debe sacar a otro clavo, pero que termina clavándolos más a ambos, mejor cómprate un martillo y date en la cabeza hasta que te salga sangre por los ojos.

Yo digo.



No le deseo esto a nadie, la verdad ;_;

O sea, estuvo padrísimo nuestro grupo de whats 4:37 am; y me hubiera encantado que A y B se llevaran turbo genial y fueran mejores amigos por siempre. Es más, que se casaran y me nombraran madrina de su primogénito.

Yo hubiera encabezado cada club de fans de ellos y... no sé, me arranco las orejas por A y B.


¿Pero, y C?


Neta en buena onda, no vuelvo a dejar que esto me pase otra vez. Mejor me esperaré a limpiarme por completo para cuando me den ganas de entregarme a alguien más, no vaya a hacerlas de malas y tenga todavía contaminantes de B, de A e incluso de 0.

Pero, C, ya háblame, neta no mames :'(

ok.

he loves me, he loves me not
she loves me, she loves me not

everybody loves me

viernes, 8 de abril de 2016

21 Cosas Por Las Que Estoy Agradecida


Amigos, hoy, hace veintiún años, a las nueve y media de la mañana, me removían quirúrgicamente del cuerpo de mi madre como un tumor -es que nací por cesárea, jiji-; Hoy hace veintiún años di mi primer grito -y seguro no el último-; Hoy hace veintiún años me trajeron a una vida a la que no estaba preparada.
Veintiún años después y sigo sin estar preparada para esta vida que estoy labrando con mis manos, que el destino, Diosito, el mundo, Buda, me ofrecen.

Y pues, la verdad esto de los cumpleaños no se me da bien. Nunca he podido disfrutar uno en su totalidad, porque me lleno de ansiedad al momento del famoso canto "feliz cumpleaños", al incomodarme por no saber responder a sus muestras de cariño o al momento de desconcierto cuando me regalan algo. No soy buena recibiendo, me gusta más dar (?¨

Además, el amor que pueden profesar no debe sólo celebrarse el día de mi nacimiento. Hay otros 364 días -365 en este año- más para amarme y adorarme, amigos. Soy partidaria de que cualquier día es bueno para estar agradecidos por mi existencia.

En fin. Estoy aquí, por algo, por mí misma, porque así lo quiere un poder superior, y pues, vengo a escribir sobre veintiún cosas por las que doy gracias. Buenas o malas.



21.- Mi Carrera:


Voy a insistir hasta el final de mis días: Mi carrera, educación especial, es una de las coincidencias/accidentes más bonitos que me ha dado la vida. Lo digo así porque es por pura suerte que estoy ahí. Si por mi hubiera sido, yo a estas alturas de la vida sería una vagabunda, con farmacodependencia a la cocaína, y deseos de ser escritora realizada. A lo mejor ya sería una escritora consagrada. Pero por azares (? del destino, un par de tabiques naranjas se fueron formando delante de mí, dándome dirección hacia este mundo especial.

No hay ni un día en que me arrepiente de haber tomado este camino.

Si bien, es muy frustrante a veces, es muy demandante tanto emocional como físicamente y por lo general mi humor está para ambientar un funeral, educación especial, enseñar, es algo que me llena como nada más puede.

Escribir es lo que soy. Enseñar me hace vivir. Si no escribo, no soy. Si no enseño a los nenes especiales, no vivo.


20.-Mi Música:


No tanto como que yo escriba música o componga, pero, creo que se entiende. Pueden pertenecer a alguien más, pero hay música que neta está como escrita para mí, de mí y por mí. Si no me creen, con sólo escuchar el playlist de mi blog bastará. Aquí abajito dejaré un seguimiento de algunos de mis grupos/cantantes predilectos.

Years & Years.
"Shine".


Lauren Aquilina.
"King".

Sam Smith.
"Like I Can".


The Script.
"I'm Yours"

One Republic.
"Good Life"

Sia.
"A Day Too Soon"

Matisse.
"A Olvidarte".
Panic! At The Disco.
"Emperor's New Clothes".
Alessia Cara.
"Stone".


19.- Malas Experiencias:


Sé que he malgastado mi tiempo odiándome por haber cometido los errores tan imbéciles que he cometido a lo largo de mi vida. Sé que malgasto mis energías al recriminarme a mí misma mi incompetencia y mi ingenuidad rayando en la estupidez. Lo sé. Estoy intentando cambiar eso.

Pero, si algo he aprendido en estos últimos meses, es que ciertamente no cambiaría mucho de lo que me ha pasado. ¿Por qué? Porque gracias a esos eventos soy lo que soy ahora. No digo que ahorita esté bien chida y cool y tenga una salud mental envidiable, obvio no, pero muchas de mis percepciones sobre el mundo se deformaron al verme enfrentada a este tipo de situaciones.

No, no volvería a pasar por ellas, pero gracias a ellas, soy lo que soy. Pienso lo que pienso. Siento lo que siento. Actúo lo que actúo. No es tan malo. He decidido dejar de odiarme por ser así y mejor crecer a partir de ello.

Al final, una aprende más de los malos libros, que de los buenos libros -consejo práctico de Stephen miamor King-

18.- Dios Bendiga a Stephen King Por Siempre:


Este señor y el mundo que ha creado con sus palabras han sido verdaderas bendiciones. Es de los pocos autores que realmente pueden borrarme el cassette de mi cabeza y hacerme olvidar por completo de mis problemas.
Leer es un escape a ellos, amiguitos. Es como terapia ocupacional para mí y me sirve para manejar y canalizar mis sentimientos autodestructivos y tendencias suicidas. Es lindo.

El hombre jamás entenderá cuál ha sido su efecto a mí; es más que un autor, que un hombre, que un humano, que un alguien. 

Al final del día, algo de consuelo encuentro entre sus atmósferas llenas de tensión y escenas cargadas de suspenso. Algo de proyección encuentro entre sus personajes imperfectos y humanos y sus monstruos malvados.

Al final, encuentro algo de mí en lo que él escribe.

17.- Malas Decisiones Conllevan Historias Interesantes:


Mis malas decisiones tienen mucho que ver con el celular y un exceso de alcohol corriendo por mis venas. Muchos de ustedes son testigos de mis tonterías que se me ocurren una vez que he cruzado la segunda copa de whisky en las rocas; en muchas ocasiones, ustedes se han visto afectados por ello.

Desde vomitar en el pasillo estrecho de un bar del centro a las tres a eme, hasta mandarle notas de voz a mi ex, pasando por tuitear que sigo enamorada de equis persona o inclusive tropezarme con la pata de una silla de mi casa y terminar en el suelo por bastante tiempo, rodando al ritmo de canciones de Justin Bieber son algunas cosas que he hecho cuando estoy bajo la influencia del alcohol.

No sólo hablo de emborracharme tan rápido y ponerme expresiva y sincera, sino que también mis malas decisiones me han llevado a meterme en problemas de chismes, en problemas de peleas de novios, en problemas incluso de divorcios, problemas de dinero y favores de gente de dudosa ética e incluso me atrevo a decir, poner en conflicto la sexualidad algunos amigos cercanos.

No estoy diciendo que es buena idea quedarte hasta las cuatro a eme de la madrugada whatsappeando con el maestro que te gustaba; digo que ese tipo de cosas son las que salen a relucir cuando estás entre amigos, cuando quieres contar algo en la cena de navidad, cuando simplemente quieres... pues, vivir.

Porque vivir es eso. Equivocarte, darte en la madre y levantarte. 


16.-La Muerte:


La muerte y la vida me han quitado mucho, a decir verdad. También son testigos de mi dolor. Se han llevado excelentes existencias; me han arrebatado grandes esencias humanas. Me han quitado el sabor dulceamargo del adiós.

Pero, quiero ser positiva y pensar que la muerte y la vida me han enseñado cosas: La vida me ha enseñado que no importa cuánto me equivoque, al final terminaré aprendiendo algo. Y la muerte me ha enseñado que no importa cuánto sepa, al final eso no importará porque igual me voy a morir y debo ser capaz de mirar atrás y estar satisfecha.

Si me muero mañana, voy a estar satisfecha con lo que hice hoy.

Si me muero la próxima semana, voy a estar satisfecha con lo que hice este mes.

Si me muero el próximo añño, voy a estar satisfecha con lo que hice este año.

15.-Mis Fans Y Mis Haters:



Amo, amo, amo con todo mi corazón puro y sagrado a esa hermosa, hermosísima gente que comenzó a leerme en fanfiction. Fanfiction fue una página en donde inicié a quitarme el miedo a dejar que me leyeran y créanme, fue un gran paso. Fue como saltar de un abismo.

Mucha gente me leyó, algunos de ellos incluso se atrevieron a mandarme mensajes para animarme a seguir, haciéndome cumplidos por mi "estilo de escritura", por la originalidad de mis trabajos, inclusive por mi "ortografía limpia". Siempre se agradece este tipo de comentarios. Me llenan de vida, llenan mi copa y me hacen estar más decidida en seguir en este laborioso y conflictivo camino del ser artista de letras.

Pero los haters... naturalmente llegaron. A hacerme pedazos, a criticarme, a desearme lo peor del mundo, a amenazarme de muerte y miles de cosas más. 

Es bonito cuando alguien te dice "Oye, sí sabes escribir", pero cuando alguien te manda algo como "Deja de escribir, no sabes hacerlo, eres un asco", el shock es más grande.

Lo agradezco. Al inicio no me agradaban -todavía no me agrada del todo ser criticada de esa manera tan absurda y destructiva, pero bueno-, pero he aprendido a controlarme. No insulto. He aprendido a respetar y tomar opiniones ajenas y diversas. Sé que hay gente allá afuera que no le gustará cómo escribo, sé que no entenderán mi estilo, ni llevarán mi ritmo. Se entiende. Espero que existan, de veras.

Siempre ayuda mucho un "Sigue así", pero también mejora un "Ya búscate otro oficio, ¿Ok?".



14.-My Mad Fat Diary, Glee, Faking It, SuperGirl, Xena La Princesa Guerrera, Dr. House, Clarissa Lo Explica Todo, Drake & Josh, The O.C. Y Otras Series Que Ayudaron A Entenderme A Mí Misma:


Oh, la televisión es súper importante, sobre todo en estos últimos quince años. Y yo crecí viendo series, está en mis venas el seguir una historia dramática pintada desde cualquier color terrenal (o no terrenal). No puedo evitarlo. Me gusta mucho ver series y televisión, aunque ya casi no tenga el tiempo para hacerlo. En vacaciones o fines de semana largo, me gusta ponerme al corriente con mis series.

El punto aquí es que, en muchas de ellas me vi reflejada, me vi representada, me vi proyectada. Sobre todo en My Mad Fat Diary, que es como si la mismísima Rae Earl hubiera entrado a mi diario electrónico de cuando tenía catorce años. 

Y es hermoso, es sano y está bien. 

13.-Los Árboles, El Viento, La Lluvia Y Las Nubes:


Son elementos que considero importantísimos. Son parte de un todo. Son parte de mí. 

Es la naturaleza por la que más siento fascinación y mi conexión a ella es tan profunda, que en mi próxima vida espero reencarnar o tener la oportunidad de convertirme, aunque sea por un minuto, en un árbol, una ráfaga de viento, una lluvia liviana o un par de nubes flotando alrededor del cielo.

Es casi espiritual.

Y estoy muy agradecida de poder presenciarlos cada que vez que se me da la oportundiad. (OJALÁ FUESE MÁS SEGUIDO, TBH)

12.-Mi (Casi) Perfecta Salud Física:


La verdad es que ignoro por completo porqué mi sistema inmunológico es tan activo, tan fuerte y tan dinámico si mi estilo de vida está un poco lejos de lo recomendable.

Pocos me han visto enferma; poquísimos en verdad me han escuchado quejarme de alguna dolencia. Para mi buena (¿O mala?) suerte, mis sistemas trabajan a un ritmo natural y saludable. Mis aparatos trabajan con lo necesario y nada más y soy del tipo de persona que ni siquiera el cambio de temperatura más brusco me arranca un resfriado. Soy del tipo de persona que ni siquiera un kilo de comida echada a perder me provoca un viaje constante al baño.

No soy intolerante ni alérgica a nada. (salvo a la estupidez e ignorancia, pero ese es otro asunto, ok). 

Lo cual es extraño, porque no hago mucho ejercicio, tomo alcohol y café aunque tengan efectos un poco negativos en mí, soy vegetariana y tomo mucha agua. Además, me desvelo montones, me levanto tardísimo y me rehúso a tomar vitaminas, ácido fólico o proteínas plastificados en botecitos.

Para ser alguien que ocila entre la más absoluta amargura y depresión y el optimismo utópico y ciego de un ser lleno de luz, no hay mucho sentido para tener una salud tan perfecta.

Seguro uno de estos años contraigo o desarrollo una enfermedad mortal y me muero alv. Si es así, ojalá sea una enfermedad nueva para que le pongan mi nombre y pasar a la posteridad <3

11.- Mi Defectuosa Salud Mental:


Por otro lado, lo que compenso en cuerpo y biología, lo pierdo en mente y espíritu. No sé qué está más jodido: Si tener un cuerpo sano y una mente enferma y rota. ¿Elegiría intercambiar los turnos? Tal vez no.

Pero sí, mi salud mental está jodida, mi autoestima es un vaivén extremadamente violento y mis contradicciones marean más que cualquier vodka con jugo de naranja con tres hielos a las cuatro de la tarde de un día de marzo.

Defectuosa, rota, jodida e incompleta. Así me describo mentalmente. ¿Por qué? Porque me conozco, he vivido lo suficiente conmigo misma como para sacar ese tipo de conclusiones y sé que muchos se apresurarán a afirmar: "No, Mariana, tú eres alguien increíble. Eres una chica genial. Eres única".

Pues sí, una cosa no le quita la otra, ¿Eh?

Podré ser todo lo increíble, genial y única que quieran, pero soy eso porque estoy rota, jodida e incompleta. Ni pex. No me conflictua admitirlo en voz alta. Soy yo. Quien se etiquete de cuerdo, en sus cinco sentidos y estable, déjeme decirle que está más muerto en vida que la carrera de Mariah Carey.

Neta.

Tampoco digo que está bien cool ser así, tener ataques de pánico a las tres de la madrugada por pesadillas sin sentido, sudar en frío por la ansiedad y el estrés que me produce un tipo de situación realmente equis, ni está cool dejarte pisotear por otros por pensar que si los pones por encima de ti es amor y chalalá.

Nope. Varían mis días y hay veces en que me amo un chingo y soy lo mejor que me puede pasar, y hay otros en los que Diosito, llévame ya, que no me aguanto y me da asco el sólo respirar.

Así es esto. Estoy agradecida, porque francamente es lo único que me queda por hacer xp

10.-Escribir Y Leer:


Me resulta increíble cuando conozco gente que no tiene ningún tipo de interés en la lectura o escritura creativa. 

Yo sé que en gustos se rompen géneros y todo ese cuento que les dicen a los metaleros y regguetoneros para no hacerlos sentir mal, pero OMG, escribir y leer abre puertas.

Es una sanación espiritual divina, tanto uno como lo otro. A mí me ha ayudado tanto, que pienso que a otros también puede beneficiarlos, por eso insisto tanto con que me escriban. Por eso me gusta tanto cuando alguien escribe para mí una nota, un chisme, una cartita, un cuento, un post, lo que sea. Un tuit, un whats, un sms, un correo. No importa. Me encanta y pienso que podría encantarles a los demás también si encontraran su poder mágico en ello.

Voy a ser sincera: Si no fuera por escribir y leer, téngalo por seguro, no habría llegado a los dieciséis años. #FACT


9.-Mis Buenos Maestros(Y Los Malos También) :


Aiñññ, esa foto es de cuando estaba en tercero de secundaria. Es cuando estaba enamorada de mi maestro de química, el profe Gerardo <3 -Ya les hablé de él en una entrada que se titula "Enamorándome De Mi Maestro"-

Pues, es muy lógico. Soy muchas que soy gracias a los maestros que tuve. Maestros que me inspiraron a crecer como persona, a aprender, a mejorarme a mí misma, y maestros que me enseñaron las puertas del mismísimo infierno.

Ambivalencia, como en todo. Lo bueno y lo malo.

Doy gracias a Dios a la maestra Mago, quien me enseñó a leer en segundo de preescolar. Desde los cuatro años vengo leyendo y desde entonces, no he parado ni en un sólo momento. Es parte de mí, de lo que soy.
Doy gracias a Dios a la maestra Leo y Trini por haberme enseñado a escribir en tercero de preescolar y primero de primaria respectivamente. Desde los siete años descubrí que mi ser se liberaba cuando escribía y elegí que ése sería mi camino eterno.
Doy gracias a Dios por el maestro Gerardo, porque más que mi maestro de química, fue para mí un amigo. Un dulce hombre que se tomaba el tiempo para cargar su guitarra y cantarnos canciones en clases para desestresarnos. Un hombre dulce que nos dio lo mejor de la química, que me enseñó a hacer bien mis cosas, que me enseñó a ser buena amiga y a conservar esas amistades.
Doy gracias a Dios por la maestra Tere, de historia, de la preparatoria. Una mujer llena de conocimientos, llena de un humor radiante y con una disciplina intacta. Sabe tanto, lo maneja tan bien y lo enseña aún mejor... Es increíble. Siempre me gustó la historia, pero nunca de la manera en que la trabajaba, pero llegué a primer semestre de preparatoria y todo cambió. Tere llegó a derrumbar paradigmas sobre la educación en historia. Con decirles que aún conservo destellos de conocimientos sobre el área que vi hace casi cinco años en mi mente.
Doy gracias a Dios por el profe Leo, la maestra Elvira, el maestro Arturo, el maestro Víctor y el profe Fili, de la carrera. Todos, en su debido tiempo y espacio, me enseñaron mucho y sobre todo, me ayudaron a ver partes humanas mías. Se desenvolvieron con naturaleza, con calidez, con humanidad, muy poco común por estas turbias aguas de las licenciaturas, en donde importa más un jodido diploma que una humanidad a flor de piel.

Doy gracias también por el profe Oroz (ojalá se vaya al infierDIGO), al maestro León de la prepa, a la maestra Trini de la primaria, a la maestra Chepa de la secundaria por haberme torturado por tanto tiempo. Por haberme hecho llorar del miedo, por hacer que mi estómago se retorciera de los nervios, por hacerme sudar en frío por la ansiedad y el estrés.

8.-Mis Fantastic 4:


Mis cuatro fantásticos son: Mi hermana, Daniela, mi prima Priss, mi tío Gerardo y mi mejor amigo Ángel.

¿Y por qué son mis cuatro fantásticos? Porque son los únicos que me apoyaron desde el momento en que les dije: "Quiero ser escritora".
Fueron los que nunca dudaron, los que nunca quisieron convencerme de irme por otro camino. Fueron los que tuvieron fe en mí, incluso cuando yo misma no la tenía.

Lo llevo en mi corazón, 4 fantásticos, no lo olvido. Aunque mi tío Gerardo ya no esté, aunque no frecuente mucho a mi prima Priss, aunque me pelee con mi hermana Daniela o aunque mi mejor amigo Ángel me pregunte cómo va mi vida en la carrera de educación especial, no lo olvido.

Claro, mis padres, mis tíos, mis primos, mis amigos y los demás me han apoyado. Pero estas cuatro criaturas estuvieron ahí, iluminando un pedazo de la oscura incertidumbre y miedo, para ayudarme como se pudiera ayudarme.

Lo agradezco.

7.-Mi Familia:







Mi familia y no sólo conformada por mis padres y mi hermana. Nope.

Mi familia en conjunto. Mi familia materna y mi familia paterna. Aquellos seres que me vieron crecer, que me cambiaron el pañal, a quienes les arruiné las paredes, con quienes jugué, a quienes abracé al despedirme de un ser querido en común, a quienes abracé en las navidades, con quienes comí cada tarde de mi niñez, a quienes hacía enojar y con quien me quedaba a ver películas de terror en las tardes de julio.

Mi familia. Mis tíos, mis tías. Mis padrinos y mis madrinas. Mis primos y mis primas. Mis abuelos y mis abuelas.

Con todo lo bueno y lo malo. Con todos los chismes, con todas las críticas, con todos los problemas y las malas interpretaciones. Con todo lo bueno, con las fiestas, con los regalos, con los abrazos, con las risas.

Es mi familia. Pobre o rica. Grande o pequeña. Buena o mala. Rota o indestructible. Eterna o efímera.

Es mía y yo soy de ella.


6.-Mis Mascotas:



Que también son parte importante de mi familia, porque compartimos, más que la sangre o el apellido, compartimos un vínculo irrompible y eterno: Amor.

Amor a mis mascotas de la niñez, la adolescencia y la adultez. A aquellas criaturas mágicas conocidas como "animales" quienes vieron lo mejor y lo peor de mí en su momento. Quienes, a pesar de ello, no se alejaron de mí y que permitieron sanar mis heridas del alma con el contacto de mi mano y su pelaje.

Quienes me entienden con un ladrido o un maullido, quienes me cantan con alegría y ánimo para mejorar mi día, quienes me aman en la frialdad de un silencio, de una mirada, quienes me aman en la calidez de una caricia, de un beso.

Quienes están ahí para mí, incluso cuando físicamente les es imposible estar más en este mundo.


5.- Ingrid & Diego:


Sé que dije que no volvería a escribir de ellos, pero tengo que hacerlo. Es justo y necesario.

Ellos son/fueron parte importante de mi vida; con ellos crecí, aprendí, amé y sufrí. Eso es bueno. He decidido crecer y ser mejor persona.

Saben, ellos, ustedes, yo, Diosito y Buda, que una parte de mi corazón les pertenecerá por siempre, que una parte de mí siempre será exclusiva de ellos, y que un pedazo de mi vida les corresponderá sólo a su nombre, a su historia, a todo.

Los amo.

Soy lo que soy gracias a lo que me hicieron vivir.

Y estoy agradecida por habérmelos encontrado en esta vida, en este plano existencial.

4.- Mis Amigos:



Pudiera poner más fotos, pls, no se ofendan ni se lo tomen personal. Es que ya faltan quince minutos y no quiero tardarme ni un minuto más. Denme un poco de tiempo y podré hacerlo de una manera más adecuada. Desgraciadamente, estoy cansada, llegué hace un par de horas a mi casa y este post está larguísimo, así que se joden. Ok.

Mis amigos son criaturas mágicas con el don mágico de mágicamente hacerme emputar, de hacerme llorar y de hacerme reír hasta que me duele el estómago.

Yo elijo a mis amigos, no del todo. Cuando me intereso por alguien de esta manera, espero lo mejor, doy lo mejor y no siempre resulta lo mejor. He aprendido a abrir las manos. Quien se quiera quedar conmigo, se quedará y hará lo mejor para quedarse.

Somos humanos y nos equivocamos. A veces ellos se pasan de culeros y a veces yo también me paso de culera. A veces me exigen mucho y  a veces yo exijo mucho. A veces me decepcionan y a veces yo los decepciono. A veces nos peleamos, a veces nos hacemos llorar y  a veces nos hacemos compañía en las solitarias madrugadas.

No se trata de que Ale Espinosa me dé siempre la razón, no se trata de que Ángel me tenga paciencia, no se trata de que Yazmín se preocupe cuando estoy mal, no se trata de que Joseluis se las ingenie para hacerme reír en las nublosas noches de tristeza, no se trata de que Karla MicHELLe me tolere cuando estoy insoportable, no se trata de que Fany capte mi humor apenas escucha mi voz. No se trata de que José me aconseje y escuche mis asuntos, no se trata de que Jazmín me confíe su vida privada.

Se trata de que, a pesar de todo lo bueno, lo malo, lo podrido y lo jodido, ellos están ahí y yo estoy ahí porque queremos.

Se trata de que a pesar de que ellos saben que puedo ser la perra más mamona sacada del inframundo, a pesar de que me han visto llorar, me han visto maldecir, me han visto enamorada, ellos sigan queriendo estar ahí.

Se trata de que a pesar de todo, ellos me amen y yo los ame a ellos.

Los amo mucho, chicos.

3.- Mis Padres:



Quienes estuvieron ahí, para darme la vida biológica. Quienes estuvieron ahí, para cuidar esa vida biológica. Quienes estuvieron ahí, para disfrutar de mis mejores años, de mis pésimos modos y de mis horribles defectos.

Estoy agradecida, porque incluso aunque mi papá se la pase gritando a todo el mundo y los odie a casi todos, o que mi mamá se ponga a quejarse de que ya se quiere morir porque el drama corre por sus venas, ellos son los mejores padres del mundo. Son los mejores que Diosito, la Buda y la Vida pudieron darme, elegir para mí.

He aprendido tanto de ellos, por las buenas y por las malas, y lo que me llevo no sólo son lecciones que me permitirán sobrevivir a este frío y cruel mundo, también me llevo amor incondicional y una luz divina que sólo es digna de encontrarse en los descenlaces de las novelas de Charles Dickens.


2.- Mi Hermana:


Mi hermana es una criatura tan compleja y diversa como yo: Es una perra con un corazón de oro. Es una ingenua con instintos homicidas. Es una artista con complejo de Dios. Es una científica con pasado de fanática.

Es todo sí y todo no. Es ira y es amargura, pero también es dulzura y es apoyo.

Es mi hermana, es mi compañera, es mi amiga, es parte de mí y yo soy parte de ella.

Cierto, somos muy diferentes, tanto física como emocionalmente. Ella es de salir de noche, y yo prefiero salir en la tarde. Ella es de conocer a muchas personas y yo confundo los nombres de mis propios amigos. Ella es extrovertida, no teme hablar y es dinámica, y yo soy una perezosa, introvertida y musical soñadora que se la pasa fantaseando con diversos escenarios que no tienen mucha probabilidad.

La amo, aunque se robe mis broches y use mi ropa sin mi permiso. Aunque siempre me quiera embarrar en sus problemas con mis padres, y aunque quiera que la cubra cada vez que hace una pendejada.

La amo, porque estuvo ahí para sostenerme cuando pensé que no podría seguir. La amo porque escuchó mis lágrimas internas cuando yo pintaba sonrisas externas.

La amo porque me ama como soy, porque nunca intenta cambiarme y porque está ahí cuando de veras lo ocupo.

Es mi hermana, omg, y no importa cuántas peleas podamos tener porque yo no guardo mis cepillos después de usarlos o porque ella deja tirada su ropa en el baño. Es mi hermana y la amaré por siempre.

1.-Diosito, Buda y la Vida:



Porque me han quitado, me han dado. Me han permitido y me han prohibido. Me han enseñado, me han desenseñado. Me han hecho y me han deshecho.

Porque sí.

Porque no.

Y porque quiero agradecerles.





Muchas gracias a aquellos que se tomaron la molestia de mandarme un mensaje por whats, por sms, a quienes me llamaron, a quienes me escribieron (tal y cual los obligué xp), a quienes me cantaron, a quienes me mandaron. A quienes me abrazaron, a quienes me celebraron y a quienes les aparecí por la mente, aunque no les causara mucha turbación.

Gracias por acordarse de mí. Gracias por celebrar conmigo este "cumplevidas".

Ustedes saben hacer sentir a una chica torpe, curiosa y obsesiva especial.

Gracias.