viernes, 15 de abril de 2016

Clavo Que (NO) Saca A Otro Clavo


No sé si es el calor lo que me está alterando o son estas nuevas hormonas de los veintiún años o sabrá Diosito, pero el punto es que he estado perdiendo el juicio a una velocidad más rápida de lo que es normal para mí.

Una cree a los quince años que ya se sabe la vida de ida y de reverso y luego aparecen una serie de situaciones que ponen a prueba todo lo que eres como ser humano: Para mi mala suerte, lo que queda de mí es muy poco de ser humano y mucho más de locura, confusión y alguno que otro dolor espiritual. En fin. Basta de lamentaciones. Lo hecho, hecho está.

Eso sí, recuerdo muy bien lo que pensaba antes de esto. Existe esta canción que me encantaba mucho que se llama Loves Me Not de T.a.T.u y pues, a mi tierna edad, me emocionaba mucho.

Veía estas situaciones cómicas sobre los triángulos amorosos en la televisión y me reía por montones; había algo de prohibido, peligroso y dramático en el asunto que me atraía bastante. Me llamaba la atención el mecanismo emocional por el que se manejaban estos famosos "triángulos". La vida dista mucho a ser como en las películas, a veces tiene parecido con los libros y la música por lo general es lo más parecido a ellas...

Pero no hay muchos libros -al menos que yo haya leído- que tocaran el tema; no hay muchas canciones -al menos las que he escuchado- que tocan el tema.

Así que, después de tanto preguntarme, de tanto cuestionarme, investigar, informarme, escribir, imaginar, cómo sería si yo estuviera en esa misma situación, las cosas se agravaron.

No fue como una película, no fue como un libro. No fue como en las series de MTV ni como en la música de Taylor Swift.

No fue como lo planeé, quizás, porque nunca quise meterme en un problema de este tamaño. No fue como lo imaginé, porque siempre en mi mente tenía una respuesta, un camino certero que eligiría.

Y cuando me pasó, durante los segundos, minutos, horas, días o meses que pudo haber durado esta bomba de tiempo, estuve perdida. No sabía qué quería, no sabía ni cómo diablos me había metido en este desmadre; no sabía quién era yo, por lo tanto, no sabía qué carajos estaba pasando.




Esto nunca fue un triángulo amoroso. Claro, cumplía ciertas "características" como tal, pero no lo era. Yo nunca lo sentí, y es que, en las películas y las canciones suena y se ve encantadora la idea. Cuando estás dentro del remolino de tortura y confusión es una historia muy distinta y más que comedia romántica, se podría entender como situación de terror.

A mí me causa terror el siquiera imaginar lastimar a las personas que amo, a los que están cerca de mí.

Y miren lo que he hecho: Debido a mi confusión, a mi miedo, a mi resistencia de seguir un camino concreto, a mis torpezas y a mi buena fe, terminé arruinándoles la existencia a otras dos personas a demás de la mía, por lo menos durante que esto estuvo presente.





Tuve esta historia complicada con la persona A (cuyo nombre no voy a delatar -sellamaIngrid- por respeto a... pues, a lo que sea que le deba respeto), un par de años antes de conocer a la persona B (nombre que no pienso escribir -EsDiego- porque dije que ya no escribiría más de ellos).

Fue bonito, efímero, brillante, alentador y con todo una vida por delante, pero al final se acabó este vínculo. Se llegó a su término y, estuviera o no de acuerdo con A, tuve que aceptarlo. Y lo acepté de buena gana.
La amistad era el escalón al que me habían limitado, entonces accedí, ¿Qué podía ir mal?

Pero fue una mala idea, amiguitos, porque una amistad después de un noviazgo a duras pensas llega a "amistad". No es amistad eso. Estas ganas insanas de atarte a la otra persona se disfrazan de todo con tal de seguir ahí. En este caso, la amistad, en letras grandes y de neón, llegaron a resaltar en nuestras conversaciones. Tanto A como yo estábamos de acuerdo en seguirle en un plan meramente amistoso.

Siendo sincera, desde mi parte, hubo muy poco de amistad. No era algo que yo pudiera controlar. No era algo que yo pudiera detener a mi antojo o manipular con mis manos. Tal vez, desde un inicio, debí no hacerme tonta y salirme del camino de la persona A, pero noooo, quise creer que había alguna esperanza.

¿Cuál esperanza?

Esto se había acabado en el momento en que había decidido abandonarme. ¿Y yo qué podía hacer contra ello? Pues respetar su decisión.

Quise tener esperanza de que quizás las cosas cambiarían, de que quizás todo estaría mejor.

Y mis amigos y los testigos opinaron:

"Mariana, neta estás muy mal", aseguraron. "Tente tantita dignidad" casi me imploraron. "Piensa con claridad si realmente alguien así y lo que te ha hecho vale la pena", desearon.

Pero como ustedes sabrán, yo soy muy buena ignorando a todos. Lo ignoré.


Y esta parte de mí no se iba. No importaba lo que hiciera o intentara, estos sentimientos no se iban. Por más que quisiera alejarlos o ignorarlos, parecía que crecían más. ¿Y ES QUE EN QUÉ CABEZA CABE QUE SI NO CORTO LA INTIMIDAD DE LA RELACIÓN TODO VA A SEGUIR EXACTAMENTE IGUAL?

Ahí mi error.

Creer que podía ser lo suficientemente madura, fría e inteligente como para saber manejar esto.

No lo fui.



Pero pasé un tiempo considerable engañándome a mí misma diciéndome que todo estaba cool, y que nada más era una amistad y chalalá.

Entonces llegó la persona B y revolucionó todo dentro de mí.

Al inicio tuve esta resistencia. "Okey, dude, eres muy dulce y me haces reír y estoy impresionada por tu buena ortografía y tu manera tan clara de expresarte, pero hasta ahí", porque yo tenía a la persona A.

Pero B fue llegando a mí, lentamente, y llenándome por dentro con luz, con optimismo, con risas, con caricias, con un amor que me fue imposible esquivar...

Un día simplemente desperté y me di cuenta de qiue me hacía falta B. Mucha más falta de lo que temía reconocer.

Sentí que mi corazón, roto por A desde hacía un tiempo, volvía a latir. Regresaba a la vida. Se llenaba de sangre otra vez.

Y fui feliz. Omg, fui tan feliz...

pero dentro de mí, había un huequito oscuro en mi mente que se preguntaba: ¿Y A?

¿Y A?

¿Y A?

¿Y B?

¿Y B?

¿Qué haré con A? 

¿Qué hago con B?




Aplaqué mis demonios internos minimizando el asunto:

"Bueno, A y yo es en plan buena onda de amistad, mientras que B y yo... pues vamos a ver qué pasa"

Mala idea, amiguitos. Malísima idea.

Me creí lo suficientemente inteligente, fría y calculadora y todo me salió mal.

Todo me parecía tan surreal. A y B comparten/ían bastante, lo cual a mí me daba risa y me incomodaba. 

A decía algo que B me había dicho primero o B tenía un comportamiento que A ya había mostrado y yo estaba muy mareada.

No miento.

Me enamoré cabrón de B. Así fue y como ya he planteado, B hizo que me cuestionara muchas cosas e incluso, si nuestra relación hubiese sido un poquito diferente, para bien, fácilmente habría caído en las redes de una relación formal, oficial. Quizás hasta matrimonio. QUÉ MIEDO PENSAR EN ESO AHORITA, pero así fue.

No miento.

A pesar de que estaba enamorada de B, esta intimidad con A crecía y crecía. Cuando B me había preguntado si regresaría con A, yo muy segura había dicho "Nel". Pero mientras más y más convivíamos, era como si le echara leña al fuego. 

Estaba enamorada y amaba con locura a B, pero me negaba a dejar ir a A. Y me fastidiaba cuando me contaba de sus cosas románticas, pero yo sabía que no tenía ningún derecho, por lo que me quedé callada y puse mi mejor cara.

Y, después de un tiempo considerable, me pregunté de verdad las cosas...

¿Estaba enamorada realmente de B? ¿Por qué si aún seguía sintiendo algo por A, me negaba a darle otra oportunidad?

¿Qué carajos estoy haciendo?




B nunca fue un "clavo" para desclavarme a A, que eso quede claro.

B y A fueron accidentales; cuestiones random del destino, la vida, Diosito, Buda, Satanás o consecuencias de mis propias acciones. No sé.

Nunca he creído en eso de que clavo que saca a otro clavo, porque la única vez que lo intenté, no funcionó y al contrario, terminó por explotarme la bomba en la cara.

Este asunto difiere mucho.

A lo que voy es que, intenté por todos los medios que ambos, tanto A como B, fueran felices. Quise que entendieran que debían resignarse a lo poco que podía ofrecer, porque estaba insegura.

¿Hacia dónde iba? ¿Si doy un paso más allá con B, A se sentirá lejos? ¿Si sigo en esto con A, B sentirá traición?

Y el poco tiempo de confusión que pasé al preguntarme a quién realmente amaba se eclipsó por completo.
Tenía que decidir qué mierda hacer, para dónde iba a virar, con quién iba a caminar...


No duró mucho.

Tomé mi decisión. (Decisión que creo que fue acertada, pero igual me provocó un agujero negro en el corazón, pero ése es otro tema)



Puedo afirmar: jamás me había pasado tal cosa. O sea, sí que me gustaban dos personas o lo que fuera, pero nunca a este grado. De amor, amor.

Y, si bien, yo he estado en otros "triángulos", nunca me había tocado estar en el centro. 

Es un asco. No es divertido y ahora siento bastantito dolor y culpa por algunas actitudes, cosas, que hice o dije para ellos dos.

Porque yo sé que a ellos dos nos les dio gracia. Porque sé que les quité bastante al estar en esta posición de indecisa mamona insufrible. 




Clavo que saca a otro clavo no va bien, no sirve.

Más bien sería: Clavo que se supone que debe sacar a otro clavo, pero que termina clavándolos más a ambos, mejor cómprate un martillo y date en la cabeza hasta que te salga sangre por los ojos.

Yo digo.



No le deseo esto a nadie, la verdad ;_;

O sea, estuvo padrísimo nuestro grupo de whats 4:37 am; y me hubiera encantado que A y B se llevaran turbo genial y fueran mejores amigos por siempre. Es más, que se casaran y me nombraran madrina de su primogénito.

Yo hubiera encabezado cada club de fans de ellos y... no sé, me arranco las orejas por A y B.


¿Pero, y C?


Neta en buena onda, no vuelvo a dejar que esto me pase otra vez. Mejor me esperaré a limpiarme por completo para cuando me den ganas de entregarme a alguien más, no vaya a hacerlas de malas y tenga todavía contaminantes de B, de A e incluso de 0.

Pero, C, ya háblame, neta no mames :'(

ok.

he loves me, he loves me not
she loves me, she loves me not

everybody loves me

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