Amigos, estuve a nadita nada nanais de no escribir hoy. ¿Por qué? No fue por falta de inspiración o por flojera/cansancio, sino porque neta se me borró el cassette entero hoy y olvidé que era viernes. Tantas emociones -café- como que me alteraron poquito. He estado pasando por mucho, pero aquí estamos.
Puntualmente -o no- abrí la página, me senté y estoy tecleando (in) coherencias para expresarles algunas cosas que me han pasado. Diosito, ya no permitas que se me vaya la onda tanto.
En fin.
El título suena a vida de un preparatoriano del extinto de efe, ¿No es cierto? Pues bueno. No soy chilanga -pero mi madre sí- y tengo hace varios añitos que no piso la preparatoria, pero he de hablar sobre esto porque últimamente me he sumergido en tales cosas.
Hace una semana fui a Guanajuato con una de mis mejores amigas en todo este planeta. Ya tenía meses, creo que años, invitándome, y yo no podía ir porque o no tenía dinero, o no tenía ganas o algo se interponía. Bueno, la semana pasada tuve dinero y tuve ganas y ella también, así que decidimos embarcarnos en una aventura llena de alcoholismo y perdición moraDIGO a pasear.
Anduvimos por la ciudad, paseando, tomando muchas fotos, comprando café del starbucks y viendo cómo los callejones se llenaban de turistas extranjeros. Me mostró su casa -que comparte con otras dos chicas pero en ese momento no estaban porque se regresaron a sus ciudades natales por las vacaciones-, una residencia viejísima y curiosa. Parece tener mucha historia. Nos adentramos, me enseñó cada cuarto y cada rincón, luego me presentó a su gatita -Una felina MUY sociable que siempre llamé Mima y que resulta que se llama Lima- y al finalizar me explicó que donde dormiríamos era la cama de la dueña de la casa DONDE HABÍA FALLECIDO.
Exacto. Me quedé a dormir en la cama y colchón de una difunta. Oh. My. Gosh.
Me mostré tranquila y confesé que si no veía algo raro, no tenía porqué asustarme. Era real. He visto cosas en verdad horribles y pues, una historia de la cama donde pasaría una noche no tenía mucho del otro mundo.
Salimos a explorar Guanajuato de noche -Y por explorar, quiero decir perdernos entre bares gays, karaokes y tiendas de mezcales raras-; probé mi primer mezcal con Ale. Era de tamarindo. Me dieron un tarrito pequeño con una rodaja de naranja encima. Levanté una ceja mientras le interrogaba a Ale porqué carajos era tan pequeño y qué tenía que ver la fruta.
-Creo que es para que te la comas después y no te deje un mal sabor- o algo así contestó. La verdad es que no recuerdo bien.
Okay. Olí la bebida, la escrutiné lo suficiente y cuando decidí que era hora, me encogí de hombros, tomé la bebida y me la pasé, bloqueando las facultades de mi nariz y entumeciendo mi paladar. La bebida cayó como lava por mi esófago y calentó todo mi interior. Era como tragar fuego.
Y sabía a mierda. Entonces entendí porqué era la naranja.
Al cabo de unos minutos, no me hizo efecto. Pensé, ingenuamente, que sería inmune, aún cuando Ale me había asegurado que su primera vez con los mezcales dos habían bastado para ponerse borracha. El punto no era ponernos borrachas, de hecho, es la muerte emborracharse en Guanajuato, pero yo quise probar más.
El siguiente fue sabor de frambuesas y no estuvo tan culero como el primero, aun así, siguió ardiendo cuando descendía por mis entrañas.
Luego de unos momentos, todo me empezó a dar vueltas, lentamente, como en un carrusel. Abrí la boca y hablé y sentía mi voz como extraña, como si yo no estuviera hablando, sino alguien más. Me levanté de la mesa y caminé un poco para checar mi estado. Entonces decidí que estaba en condiciones de uno tercero.
El último fue sabor cítricos -el peor de todos- y entonces sí TODO empezó a aumentar de ritmo. La cabeza me giraba y ya no sentía frío. Algo dentro de mí se removió lo suficiente como para hacerme sentir que podía lograr cualquier cosa que me propusiera esa noche.
Y pos, bye.
Después fuimos a un karaoke, donde pedí vodka y me atreví a obligar a Ale a cantar conmigo. Cantamos Que Lloro de Sin Bandera y No Me Digas Que No de Nicki Clan porque ADOLESCENTES HORMONALES y ya ni nos pusieron la de Britney Spears, pinches cabrones >:c
Más adelante entramos a un bar gay y literal NO había nadie. Ni un alma homosexual recorriendo el lugar. Nos sentamos en una mesa, ordenamos lo mismo que en el bar anterior y platicamos mientras escuchábamos a Adele y a Maroon 5. Poco a poco la gente comenzó a llegar y es que, no voy a mentir, era bien temprano.
Claro, entre todo eso nos encontramos un puesto de un señor vendiendo tamales y yo aproveché para cenar y me tomé fotos con las estatuas de Don Quijote y su sidekick.
Nunca me puse mal. Ella y yo estábamos bien tranquilas, quejándonos de las pinches personas en nuestras vidas, de lo que pensábamos hacer con lo que teníamos a la mano y esas cosas.
Me parece correcto aclarar que mucha gente cree que soy una "borracha peligrosa" porque suelo ponerme muy parlanchina y honesta, sobre todo cuando tomo el celular y llamo y mensajeo a todo el mundo. Esta vez fue diferente.
O sea, sí tuiteé live, pero nada más. Creo que mandé algunos whats, pero todo bien. No busqué a nadie a quien "pudiera" buscar, con quien "quisiera hablar". No hice nada de eso y entonces caí en el veinte de que neta todos esos de quienes he escrito en este blog yA SE CHINGARON :3
Soy libre. Por fin lo soy. Al menos de ellos.
Para cuando regresamos era media noche y neta ES BIEN PELIGROSO caminar de noche por los oscuros y tramposos callejones de Guanajuato. Neta en el día me tropecé varias veces, ahora imagínense para alguien ebrio. Seguro se tropieza y se mata alv.
Estábamos muy cansadas. Yo literal me quedé afónica y Ale estaba enferma, entonces no podíamos pasarnos la noche en vela haciendo tontería y media. Pero en cuanto nos pusimos las pijamas y nos acostamos, yo caí, rendida por el sueño...
Para luego levantarme a las tres y media de la madrugada, entre ruidos extraños en la casa. Estuve tanto rato despierta, asustándome por cosas muy equis, que despertaba a cada rato a mi pobre amiguita que tosía y tosía. Hubo un momento en que neta me espanté tantísimo alv que tuve que pedirle que me diera la mano para dormir así.
Pos no, no pude dormir ni un así, pero me sentí mejor de alguna manera. Si algo me hacía el fantasma de aquella señora por estar durmiendo en su cama, por lo menos Ale sabría. O no sé. Mientras le platicaba a alguien eso, me preguntó si dándome la mano se me iba el miedo y TURBO OBVIO NO pero me hace sentir menos sola.
Estuve dándome vueltas por la cama como una idiota, escribiendo en facebook o mandando whats a ver a quién podía molestar y entonces, cuando empecé a ver un poco de claridad por los tragaluz, decidí dormir un poco Y ME DESPERTÉ A LAS NUEVE Y MEDIA.
Fucking jet lag.
Obvio estaba cansadísima. Había pasado la noche en vela y todavía sentía el calor del mezcal dándole vida a mis impulsos más bajos de artista. Nos bañamos, cero que desayunamos y nos regresamos a nuestra ciudad.
Estuvo muy cul.
Lo extraordinario aquí fue que fui totalmente dueña de mí misma. Me calmé, no me sentí en la necesidad de pedirle a Ale que me guardara el celular para evitarme algún oso, porque sabía que no había ningún riesgo de hacer alguna tontería. Al fin y al cabo, desde hace tres meses que no tengo a quién hacerle una tontería. No lloré al hablar de estos últimos meses y lo que había tenido que hacer y esperar para darme cuenta que esta relación era más tóxica que el veneno de una mamba negra y de mucho que no me merece el promedio de las personasDIGO, ya entienden.
Lo extraordinario aquí fue que a pesar de los tres mezcales y dos vodkas encima, a pesar de que me tambaleé en algunos momentos, arrastré algunas palabras y tomé fotos a lo güey, no me puse mal. Cero cruda, mamá UuUr, cero cruda moral, papá UuUr
Lo extraordinario aquí fue lo bien que me sentí. Estoy bien. SOY LIBRE, OMG.
Lo extraordinario aquí fue que haber pasado un día en otra ciudad con uno de mis seres humanos favoritos en la tierra me recompuso lo suficiente como para no haber considerado el suicidio por lo menos durante una semana.
Gracias, Ale :)
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