viernes, 7 de octubre de 2016

La Salida Fácil



AmigoS ESTOY BIEN EMOCIONADA PORQUE ACABO DE COMPRARME MISERY DE STEPHEN MIAMOR KING y omg, ya tenía tiempo sin leer algo de mi bebé de luz. Fuera de ello, he tenido un día muy agitado, largo, frío y un poco vacío. Todo el mundo salió a divertirse y yo me quedé encerrada como un triste animal :(, pero en fin, al menos tengo mi librito en manos y el nuevo disco de OneRepublic ya salió y está turbo baratísimo. Son buenas noticias.


Pensé en escribir sobre una de mis mejores amigas, porque hoy es su cumpleaños número veintidós, pero mejor aterrizaré en el tema que he estado pensando durante bastantes meses. Es un tópico personal, porque muchos lo consideran un defecto de carácter, una señal de inmadurez emocional y yo ni siquiera había tomado consciencia de que era algo que solía (suelo todavía) hacer.

La salida fácil a cualquiera de mis problemas es cortar toda relación con las personas y salir huyendo.





Como una vez lo aseguré, nunca se me ha dado la habilidad para terminar mis relaciones con las personas. De hecho, no empecé a hacerlo sino hasta muy entrada mi adolescencia, pero durante mi niñez y pubertez, incluso cuando sabía que quedarme con ciertas personas me iba a hacer mucho mal, no podía apartarme.

La verdad no sé qué cambió, en qué momento todo se retorció a tal punto que esa fue mi única opción viable en el instante, que comencé a borrar todo rastro de relación y sentimientos que tuviera por las personas que me hacían daño.



Cuando estaba en segundo año de preparatoria, tuve un conflicto con uno de mis amigos más cercanos. Yo estaba tan enojada y tan herida por lo que Nuncio había hecho, que decidí ponerle fin a mi amistad con él. Lo ignoré, lo borré de mis contactos, lo evité tanto como pude. Ignoraba sus mensajes y llamadas, ignoraba a las personas que él mandaba para intentar hablar conmigo, ignoraba pues sus ganas de hacer bien las cosas, sus buenas intenciones. Yo estaba tan consumida en mi propia ira y dolor que me era fácil mantenerme lejos. Luego vino lo inevitable y la muerte asomó sus narices; no podía dejarlo así, no podía abandonarlo, así que reanudé mi amistad con él y hasta el momento seguimos siendo muy buenos amigos. Pero no fue por mi propia decisión el haber regresado con él, sino que fue parte de lo que la vida misma había puesto en el camino. Él estaba pasando por uno de los momentos más difíciles de su vida y yo me sentía incapaz de permitirle atravesarlo solo. Incluso cuando yo estaba muy molesta con él, incluso cuando una vez me hizo una pregunta que me hizo llorar por varias semanas, incluso cuando todo lo peor que nos pudiera haber tocado nos tocó, yo no podía dejarlo. Sentía bastante cariño por él, dentro de mi alma, debajo de todo ese descontrol iracundo y no tuve más remedio que arrastrar mis pies y abrir mis brazos para sostenerlo con toda la fuerza de la que yo era capaz de evocar.

Pero no voy a mentir, fueron meses y meses de distancia. A veces me pregunto cuando estoy de ociosa, si nunca hubiera pasado lo que pasó, ¿Yo habría decidido seguir mi camino?




Puedo seguir contándoles historias así, porque a partir de eso, de la primera vez, lo seguí haciendo, cada vez con más frecuencia y hacia personas que significan mucho para mí. Lo hice con mis amistades, con mis parejas, con muchas personas. Siempre pensaba, me justificaba a mí misma diciendo que yo no estoy para soportarle mierda ajena, que no quiero sufrir en una relación que debería traerme alegría y bla bla bla.

Lo hice, lo he hecho.


Doy la impresión que ante el primer problema que tengo con alguien, lo que hago casi por instinto es lavarme las manos y salir corriendo lo más lejos posible para esconderme y llorar, en vez de enfrentar mis problemas como un adulto responsable (?.


Huyo, huyo muy lejos y me pierdo en el camino.


Es muy egoísta y casi nadie solía decírmelo. Pero en estos meses me lo han dicho directo en la cara: Ante algo que no me gusta, recojo mis "barbies" y me voy. Supongo que por eso no puedo culpar a alguien que se siente tan temeroso de irritarme, de no esforzarse lo suficiente como para agradarme. Supongo que es una reputación que yo misma he labrado con el sudor de mi propia frente; la gente que me conoce y me aprecia mucho, suele tener miedo de que en cualquier momento yo vaya a cambiar de opinión por un gesto que no encuentre confortante o suficiente.

Lamento mucho que piensen así; es horrible, pero es algo que yo hago con tanta frecuencia, que entiendo que eso me hace horrible. Nunca me había dado cuenta y lamento mucho por hacerlos sentir de esa manera. No está bien. Entonces puedo entender un poco porqué mis amigos son así de celosos y posesivos; porque creen que no puedo hablarle a alguien más, porque creen que no puedo tener más relaciones, porque eso los hace considerar que ante el primer error que cometan, ante algo que digan que no me guste, yo voy a dejarlos... y no es el caso.

Quisiera tomarme mi tiempo para aclarar este punto; cualquier cosa que digas, cualquier pensamiento que tengas, cualquier acto que hagas, si yo siento amor hacia ti, difícilmente hará que disminuya o cambie. Sé que no siempre soy tolerante con lo diferente y sé que suelo perder la paciencia ante algo que no es como yo quiero, pero esas diferencias nos alimentan, amigos.




Sé que mis palabras son sólo palabras y que a lo mejor creen que la fragilidad de nuestra relación se deba a mi temperamento y estabilidad emocional. Ño. Como digo, una relación es de dos y yo no suelto ni dejo atrás a alguien a quien amo.


Pero hay veces, situaciones especiales, en las que debo pensar primero en mí misma y considerar si estoy sacando algo de provecho de esta relación. Como ya hablé en un post anterior sobre cómo terminar una amistad, estoy convencida de que muchas veces terminar algo es por el bien de los dos.

Hay un mundo, un universo de diferencia entre "no me gustan los jonas brothers" y "creo que tu lucha por los derechos lgtb+ es estúpida, Mariana". Sí me doy a entender, ¿verdad? Quiero decir, por más que tengamos años de conocernos y chalalá, todo lo que ustedes quieran, no puedo tener a alguien así en mi vida. Es estúpido.




Quiero pensar que lo que estoy a punto de hacer no es porque estoy dándome otra vez el lujo de salir por la puerta de atrás, de irme por lo más rápido e indoloro. Quiero pensar que lo que estoy a punto de hacer es por el bien de los dos, porque no nos hace una vida fácil cuando somos personas tan pero tan diferentes que se rehúsan a ver el lado de la vida del otro. Quiero pensar que él lo va a entender.







A veces cuando amo mucho a alguien aun así me voy porque pienso que es lo mejor. Perdón, ya me han regañado muchas personas porque "no debo pensar por otros" ni soy pinches nadie para saber qué es lo mejor para los demás. Cuando lo hago es porque tengo la seguridad de que están mejor sin mí, de que merecen una vida feliz sin mí, aunque a mí me cueste mil años estar bien.

Sé que muchos no lo entienden. Sé que también corro el riesgo de equivocarme, pero también sé dos cosas:

1.- Si me equivoco, el tiempo ya lo dirá y espero que para entonces las circunstancias cambien y entonces pueda tragarme mis palabras y podamos estar bien, estar juntos.

2.- Stephen King es un bebé de luz y debemos protegerlo a todo costo.



Para finalizar este post porque ya me urge ver AHS y The Exorsist y me estoy quedando dormida, quiero añadir que dejo de hacer esto. Dejo de huir de mis problemas, dejo de cortar a las personas sólo porque se me da la gana, porque me es fácil hacerlo, lo más sencillo por hacer. Dejo de hacer eso.

Y empiezo a lidiar con todo esto n_n





...




Quizás la siguiente semana o dentro de quince días, lo prometo.

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