Iniciaré el post de hoy con una disculpa por desaparecerme tan bruscamente hace una semana. Me quedé sin internet u_u, maldita pobreza extrema, pero lo bueno es que ya tengo, así que podemos reanudar el paso de este bello y provechoso blog (?.
El tema de hoy iba a ser algo de lo que tengo muchas ganas de hablar y de lo que casi no hablo, lo cual es un poco sorpresivo porque es precisamente relacionado a mi carrera, pero los hechos me orillan a retomar algo muy importante. No es un tema que me guste ignorar u obviar, no es algo que me cause conflicto rememorar.
Pero sí me emperra que siempre que hablo de esto hay razones OBVIAMENTE horribles detrás. Quiero decir, más que reflexiones u observaciones, lo que parecen ser mis opiniones con respecto al tema de esta noche suenan a quejas.
No son quejas.
Son gritos de demanda, de desesperación, en busca de auxilio, en busca de notoriedad. Son aullidos de dolor que desgarran desde adentro mi garganta y queman mis labios. Son sollozos amargos que envenenan mi alma con sufrimiento, con angustia. Son heridas que, aunque flageladas en mi piel no están, en mi alma, en mi corazón se han tatuado.
De veras, qué chingados.
Supongo que escucharon la noticia de esta chica, Lucía Pérez, una argentina de dieciséis años que murió debido a un abuso sexual inhumano y aberrante. Una chica, una niña, una adolescente, que fue asesinada, que fue torturada, que fue abusada por sabrá qué tipos de monstruos.
O sea, neta, qué chingados.
Se convocó nuevamente el ht #niunamenos y las pláticas sobre la violencia de género cobraron volumen, otra vez. No por reflexiones, no por observaciones, sino por una noticia tan horrible de este grado. En diversos países -sobre todo los de latinoamérica, porque es un lugar donde se peca de machismo- se crearon las marchas y los paros en protesta de los feminicidios. Esta horrible tragedia no es una noticia una en un millón: Es un recordatorio de algo que tenemos que vivir como mujeres en nuestros propios países, perpetrados por nuestro propio pueblo.
Amigos, estoy tan enojada que apenas puedo contener el llanto. Estoy tan enojada que pienso que no me importaría doblegarme ante la oscuridad si de esa manera puedo salvar las personas, a las mujeres. Estoy tan enojada que accedería fácilmente a renunciar a mi humanidad con tal de erradicar este tipo de asuntos, de situaciones, de aberraciones.
Y estoy tan enojada que estoy dispuesta a lanzar el primer cuchillo en dirección del primer pendejo que salga con una estupidez.
Soy mujer, lo siento como mujer y sé lo horrible que es tener que vivir así, con pinche miedo, incluso de tus propios conocidos. Hace algo de tiempo leí que la mayor parte de las violaciones se dan por parte de conocidos, de familiares y eso está muy jodido.
Estoy bien asustada, amigos, estoy bien triste. Pero sobre todo eso burbujea, latente y fatal, una ira que arde. Estoy tan enojada que estoy dispuesta a abandonar mi vida y a todos los míos con tal de perseguir a estos monstruos y drenarles hasta la última gota de sangre, hasta el último aliento de vida.
Esto no tiene perdón, amigos. Esto no lo va a perdonar ni Dios.
Y no tendría porqué.
Esto es odio puro, en su máxima expresión. Esto no es un accidente, esto no es una "enfermedad" como algunos pendejos quieren intentar dar la impresión. Esto es odio. Ellos nos odian y nos odian mucho. Creen que son dueños de nuestros cuerpos y tienen decisión sobre los mismos. Creen que somos objetos doblegados a su voluntad, a su placer. Creen que somos un mero medio para la supervivencia humana, creen que no valemos nada.
O sea, están tan pendejos y son tan malditos bastardos que creen que para respetarnos y tener decencia humana básica tenemos que estar emparentados con ellos, o que les vamos a dar algo a cambio.
Neta, qué les sucede, amigos.
Estoy tan tan tan tan enojadísima con todos, con la raza humana, con los hombres, por permitir esto.
Quiero decir, primero se pinches ofenden por las pláticas del pendejo ese de Donald Trump y luego pasa esto. O sea, ¿Debo creerme que eso del "locker talk" que ejemplificó Trump es un invento de él?
Si Donald Trump nos llamó a los mexicanos "violadores y delincuentes" y nos emputamos, pero en la vida real el índice de violación en el país es de 120 mil violaciones por año *fuente aquí* ¿No tendría un punto este señor ridículo?
Y yo sé que no todos los hombres son malos y que hay hombres decentes. Como he dicho antes, lo sé, tengo la fortuna de decirles a algunos de esos hombres "amigos", pero ¿saben qué es lo peor? Que incluso cuando no haya tantos hombres violadores por ahí, sí hay un chingo que se callan alv. Que perpetúan la cultura de violación, la glorifican. Viven burlándose de las mujeres, viven "haciendo chistes" sobre nosotras, sobre nuestros cuerpos, sobre nuestras decisiones, sobre nuestras vidas sexuales, sobre nuestros trabajos, sobre todo. El mal se esparce. Un golpe deja moretón y duele, pero una palabra también es agresión.
Y muchos que leerán esto pensarán "Ay, pero qué exagerada que por una palabra se ofenden", y quisiera decirles a esos cabrones que: Tú eres la principal parte del problema y ojalá te mueras sin dejar descendencia.
Exagerado te vas a ver el día en que te degraden en el transporte público al tocarte sin tu consentimiento.
Exagerado te vas a ver el día en que alguien difunda, por venganza, tus fotografías encuerado y seas la pinche burla del año.
Exagerado te vas a ver el día en que alguien te eche la culpa de los males que pueden pasarte.
Exagerado te vas a ver el día en que te nieguen el trabajo por tu género, el día en que tu propio jefe termine chantajeándote con favores sexuales para conservar el trabajo, para el día en que asciendas por tus propios méritos y los demás crean que es porque te cogiste a alguien.
Exagerado te vas a ver el día en que tengas que explicarle a tu familia porqué de repente bajaste mucho de peso y porqué tienes tantos moretones.
Exagerado te vas a ver el día en que te nieguen la oportunidad a la educación porque "te vas a casar de todas maneras".
Exagerado te vas a ver el día en que te valoricen de acuerdo a tu apariencia, si eres poco o muy propenso a dar un espectáculo sexual fabuloso.
Exagerado te vas a ver el día en que alguien te drogue, te meta un palo por el ano y te lo desgarre tanto que te dé un paro cardiorespiratorio.
Exagerado te vas a ver el día en que te enojes porque exiges que respeten tu dignidad humana y los demás se burlen de ti, te señalen como "intenso".
Si vives todo eso y aun así crees que estoy exagerando, por favor, mátate ya.
Como muchos de ustedes ya saben, mi mejor amiga se fue a estudiar a Argentina por seis meses. En estos momentos estoy platicando con ella porque sí me di un buen susto cuando leí la noticia. Si siento dolor y rabia por algo así de horrible que le ocurrió a una perfecta extraña para mí, de veras no quiero pensar en la posibilidad de imaginarme qué haría yo si esto le ocurriera a alguien cercano a mí. Yo creo que sí perdería -más- la cabeza.
Es una lucha, se siente como una guerra, cada día que pasa. Llegar a casa sana y salva parece una victoria, cuando no debería ser así. Carajo, estoy viviendo en MI hogar, en MI país, con MI gente. Yo sólo tengo una pregunta:
¿Por qué?
¿Por qué nos odian tanto?
No es retórica ni sarcástica ni nada por el estilo. Es una pregunta perfectamente pura e inocente. De veras quiero saber.
¿Por qué?
¿Qué les hemos hecho que les causara tanto daño como para que ustedes cultivaran siglos y siglos de odio hacia nosotras? ¿Es que nos ven como una amenaza?
Pudo ser mejor este post, lo sé. Pude haber dado buenos argumentos y chalalá, mejores investigaciones y lo que ustedes quieran.
Mis opiniones no se quedan en esto. Lo digo como alguien que ha tenido que vivir bajo la violencia de género, quien lo ha sufrido, quien se despierta con miedo cada día desde que tengo consciencia de las cosas.
Lo digo como una mujer afectada, porque han matado a cientos, a miles de mis hermanas, porque han dañado a millones más y porque me niego a aceptar que es una "situación provocada por una malsana psicología social" que no se puede revertir o erradicar.
Lo digo como una escritora, porque ni siquiera en compilaciones de cuentos de Lovecraft o Edgar Allan Poe había leído cosas tan horribles.
Lo digo como maestra, porque la violencia de género empieza en casa, desde que somos muy niños y créanme que he visto cosas en verdad terribles.
Lo digo como ser humano, carajo, como ser que siente y piensa y reflexiona y medita.
Porque no es correcto, no está bien.
Porque no quiero que nadie viva más así, con miedo.
Porque no nos merecemos esto.
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